www.mallorcadiario.com

Luis Rubiales debe dimitir de inmediato

miércoles 23 de agosto de 2023, 00:00h

Escucha la noticia

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, protagonizó un episodio absolutamente inadmisible tras la final de la Copa del Mundo de fútbol femenino que ganó, con toda justicia, la selección española al imponerse a la selección de Inglaterra por 1-0. Rubiales abrazó muy efusivamente a todas las futbolistas, en una actitud claramente descompuesta, y llegó al punto de besar en la boca a la jugadora Jenni Hermoso, agarrándole la cabeza, en un gesto totalmente inapropiado y excesivo, no buscado ni deseado ella.

Siendo el caso grave, Rubiales calificó de “gilipollas” y “tontos del culo” a quienes le criticaron por aquel beso. Pero es que anteriormente, durante la final, desde el palco, se le vio fuera de sí, con gestos soeces e indecorosos, llevándose las manos a los genitales. Como si fuera un ultra cualquiera desde la grada de un estadio de fútbol en el partido del domingo por la tarde.

Rubiales no fue capaz de articular una forzada e impostada disculpa hasta que tres miembros del Gobierno de España en funciones, entre ellos el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta; la vicepresidenta 2ª, Yolanda Díaz; y la ministra de Igualdad, Irene Montero, censuraron su actitud y le exigieron públicas explicaciones y una petición de perdón. Pero incluso eso hizo mal, sin entender que la victoria de la selección femenina no es únicamente un logro deportivo, sino que es mucho más, un mensaje internacional de lucha por la igualdad y por los derechos de las mujeres. Ninguna mujer tiene que soportar que nadie la toque o la bese en contra de su voluntad. Pero eso justamente es lo que tuvo que aguantar Jenni Hermoso, quien además y dado el revuelo generado, no ha tenido otra opción que quitar importancia al intolerable episodio.

Luis Rubiales no tiene otra salida que dejar el cargo de presidente de la RFEF, porque su imagen pública, nacional e internacional, ha quedado dañada irreparablemente, sin que quepa buscar otro responsable que él mismo. Incapaz de tomar conciencia por sí mismo de la gravedad de su comportamiento y, por tanto, de pedir disculpas sinceras. Ahora ya es tarde y si no dimite, será la Asamblea General de la RFEF la que debe apartarle del cargo. A no ser, como cabe sospechar, que sigan queriendo ser liderados por alguien como Rubiales, al que medio país detesta por impresentable.

Además, que se esté hablando del comportamiento machista del presidente de la RFEF, más que de la propia victoria histórica del combinado femenino en la Copa del Mundo, es algo igualmente imperdonable.