Las declaraciones del portavoz del grupo socialista, Vicenç Thomàs, criticando con dureza las cargas policiales contra los indignados del 15-M, si es que quedaban algunos, revelan con claridad meridiana la situación interna que se vive en el PSIB-PSOE, las luchas fratricidas por alzarse con la secretaría general del partido. Ramón Socías es el único que había expresado su intención de presentar su candidatura, el único que le puede arrebatar a Francina Armengol el cargo y por eso se ha convertido en el enemigo a batir. Ayer Thomàs lo dejó bien claro y, sin importarle absolutamente nada, criticó duramente la actuación de unas fuerzas policiales al mando de su compañero. Las caretas han caído, la situación interna ha salido a la luz y Armengol y Thomàs se han lanzado de cabeza a desprestigiar a Socías para impedir que sea el nuevo secretario general, ya que todo indica que en estos momentos Armengol no alcanza ni el 20 por ciento de los apoyos. Sin hacer examen de lo sucedido, sin asumir responsabilidades, sin entonar el mea culpa, por los resultados obtenidos en las elecciones municipales y autonómicas, que han supuesto la mayor derrota en la historia del socialismo balear, este dúo prefiere la campaña del desprestigio antes que competir de frente y con lealtad. Era de esperar, su gestión durante cuatro años ya nos ha demostrado de qué calaña están hechos.
