"La explicación oficial es que el conflicto entre
Rusia y Ucrania está retrasando el proceso de adopción pero nosotros sabemos, por nuestras propias fuentes rusas, que eso no es así. El recelo real es trabajar con un país que ha provocado una secesión y posterior anexión de territorios. Por
paralelismos con Catalunya". Son palabras de un miembro de una ECAI (Entidad Colaboradora en la Adopción Internacional) que funciona en Mallorca y que trabaja con Rusia. "La
diplomacia española no está haciendo absolutamente nada", dicen.
El problema, explican, radica en la
falta de un convenio bilateral que dote de estabilidad al trabajo entre España y ese país. "España lleva años dejando pasar esa necesidad. Sin ese convenio, en cuanto hay un problema se paraliza absolutamente todo. Hace unos meses cuando Rusia se negó a proporcionar niños a este país por el matrimonio homosexual, hubo una gran crisis, pero los tribunales de allí dieron su brazo a torcer y poco a poco se fue desatascando el conflicto", explican a
mallorcadiario.com fuentes de la ECAI. "Después de ese episodio, la docena de familias de Mallorca que esperan acoger a un pequeño ruso creían que su llegada sería inminente", agregan.
No fue así. Las familias siguen esperando "y el único caso -una niña que llegará a un hogar de un pueblo de Mallorca- próximamente, es gracias al trabajo de las ECAIs". El término más usado para describir el estado de dichos padres y madres es
"indignación". "Es gente que ya ha conocido a los pequeños, que se han creado lazos, y que con tanta incertidumbre lo están pasando francamente mal", concluyen.