Aún colean las consecuencias de las Festes de Sant Agustí de Felanitx, lo que muchos mal llaman Es Cosso o El Coso. Las imágenes del pueblo lleno de porquería y vómitos, de mobiliario municipal destrozado, de peleas, y de equipos sanitarios atendiendo casos de comas etílicos, ha hecho sonrojar a muchos lugareños que han entonado un “basta ya” dirigiendo su mirada hacia el ayuntamiento y más concretamente al equipo de gobierno coaligado.
No en vano, el miércoles todos los medios de comunicación se hicieron eco del macrobotellón que se formó en muchas calles y plazas de la localidad y en el que participó una cantidad más que considerable de menores de edad. Tal fue la situación de alarma por el descontrol vivido, que los miembros del equipo de gobierno municipal tuvieron que ofrecer una rueda de prensa en la que reconocieron que no se podía permitir que se repita una situación que, por lo que vemos, va en aumento año tras año.
Las campañas de sensibilización como No siguis Ase, a pesar de su presencia en estants, carteles y programas, no ha supuesto una bajada en el número de chicos y chicas que se dirigen a los pueblos durante sus fiestas con su combinado ya preparado en una botella de plástico y con la intención de hacer el burro y dar rienda suelta a sus pasiones libidinosas sin importar lo más mínimo el sentido original de la fiesta.
En el caso de Felanitx, el sentido de Es Cosso viene porque por Sant Agustí se celebraba una corrida de toros -que según cuentan era cutre hasta la saciedad y que mucha gente realmente iba para burlarse de la mala puntería de Isidoro o del picador de turno- pero que suponía tener toda la fiesta controlada en dos focos: la plaza de toros de La Macarena (que no se ha caído todavía de puro milagro) y el concierto de la peña dels Bous, es decir, los contrarios a la corrida.
Suprimida la corrida por varias y fundamentadas razones, la gente tuvo que buscarse la diversión por su parte y a ello no contribuyó que el consistorio excepcionara la prohibición de beber alcohol por la calle en el día de la fiesta del patrón.
Y ahora a ver quien arregla el desaguisado, además tratándose de un período preelectoral y de no saber quién ocupará la mesa de la alcaldía el próximo año. Revertir la situación a la que se ha llegado se antoja tarea muy pero que muy difícil.