Un lector de Diario de Mallorca publicó ayer una carta en este medio titulada, si la memoria no me falla, “Esto no pasa en Barcelona”. El autor vive normalmente en la Ciudad Condal y al regresar por unos días a su ciudad sintió una cierta vergüenza de ver la suciedad, el abandono, el desorden, el caos. Y añadía que estas cosas en Barcelona no suceden pero que nosotros aquí hemos perdido los referentes. Ustedes verán: no hay nada como salir un fin de semana para que al volver nos choque todo, desde la falta de señales que nos anuncien dónde hay aparcamientos, hasta la falta de indicadores de las paradas de buses, la suciedad en las calles o el pestilente olor de los contenedores. El nuevo ayuntamiento basta con que se organice muy poco, con que limpie algo, con que desinfecte, para ser valorado por los ciudadanos. No es tanto pedir.