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Los nuevos mártires

sábado 05 de marzo de 2016, 08:32h

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En lo que va de año, en dos meses, han sido asesinados 11 periodistas. 152 han sido detenidos y están privados de libertad. En 2015, por su labor de investigación, publicación y denuncia fueron asesinados 64.

En muchos casos, las torturas, la corrupción y las actividades ilícitas contra las personas y la sociedad, solo cesan cuando se hacen públicas las tropelías. De hecho, la democracia y el estado del bienestar solo están garantizados con la libertad de expresión. Con una prensa libre como derecho fundamental.

De ahí, que, para los regímenes dictatoriales y las mafias, monopolizar, infiltrar y amordazar a los medios de comunicación se convierta en una obsesión. La labor del periodista se ha convertido en una actividad de riesgo, de alto riesgo, de riesgo de muerte, a la que debemos una gran parte de nuestro desarrollo y progreso social. Aun así, los conflictos y las dictaduras impiden difundir libremente los pensamientos, las ideas y las opiniones a más de la mitad de la población mundial.

En esta misma línea, hemos sabido por el director del Ibn Sina Teaching Hospital de Mosul, en Irak, Hassan Fadel Allaf, que decenas de médicos del hospital fueron arrestados y ejecutados por negarse a ir con miembros del Estado a atender a los terroristas, abandonando la asistencia a la población civil. En este mismo sentido, esta semana se ha hecho público, que, en el camino hacia la barbarie, el estado islámico ha matado a médicos por negarse a extraer órganos a prisioneros de guerra con el objetivo de implantarlos a miembros de la franquicia del terror.

El fiscal argentino Alberto Nisman fue encontrado muerto, con un disparo en la cabeza, en su domicilio, en enero del año pasado, horas antes de acudir a la Comisión de Legislación Penal del Parlamento para presentar una acusación de encubrimiento contra altas esferas del poder. Su caso sigue abierto.

Franklin Nieves, fiscal del Ministerio Público venezolano que acusó al dirigente Leopoldo López, confesó, hace menos de un año, que las pruebas que lo condenaron y le mantienen en prisión son falsas. Informó que se exilió por las presiones del gobierno a seguir defendiéndolas.

El periodismo, la medicina y la justicia son sólo tres ejemplos de organizaciones integradas por profesionales con unos principios éticos y unos valores que en muchas ocasiones chocan con el poder y lo pagan con su vida. Los principios de información veraz y transparente, el respeto al paciente por encima de cualquier otra salvedad y el impartir justicia, en determinados, en demasiados entornos, se sigue pagando con la vida. Son los nuevos mártires y a ellos les debemos la libertad y el progreso tal como los conocemos.

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