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Los móviles de nuestros hijos

Por Agustín Buades
domingo 20 de enero de 2019, 03:00h

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Con los datos publicados por el INE el 6,7% de los niños de 10 a 15 años en Baleares poseen móvil. Cifra que se encuentra por debajo de la media nacional que es de 69.8% y por debajo de la CCAA con mayor porcentaje (75%), la Comunidad Valenciana.

Lo primero es ser conscientes de que la tecnología ha llegado para quedarse, y que es necesario aprender a educar en estos temas. Muchos padres y madres tienen pánico y otros no saben muy bien qué hacer hay una cierta desorientación en este ámbito por parte de los padres y las madres, y la mayoría de la información que hay en Internet para ellos está focalizada exclusivamente en los riesgos. Y querría enfocar estos temas desde un punto de vista optimista.

Creo que lo más importante es que los padres ayuden a sus hijos a utilizar las pantallas de modo saludable. Es decir, que haya tiempos y horarios claros, y acompañarles, especialmente cuando son pequeños. Como en casi todo, en educación tampoco se puede generalizar: depende del grado de madurez de cada niño, de su carácter, de su manera de reaccionar, etc.

Sobre la edad para acceder a las pantallas, por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría recomienda evitar su uso por los menores de 18 meses; y de 18 a 24 meses, elegir para ellos un contenido de alta calidad, siempre acompañados de un adulto; de 3 a 5 años, no dejarles utilizarlas más de una hora al día; y a partir de esa edad poner límites claros de tiempo y lugares de uso.

En lo que respecta a las redes sociales, no está permitido legalmente antes de los 14 años tener perfil en la mayoría de las redes, aunque muchos niños acceden antes de esa edad. Es importante que los padres tengan unos conocimientos básicos que poder trasmitirles en el momento en que accedan, y que haya una supervisión, especialmente al principio. Quizás puede ser interesante que los hijos utilicen un perfil creado por sus padres hasta que el menor aprenda a controlar su actividad online y la difusión de su información personal.

La tecnología ofrece oportunidades extraordinarias, pero efectivamente también es necesario tener en cuenta los retos educativos que nos plantean. Los expertos suelen agrupar los riesgos, refiriéndose a las tres “C”. En primer lugar, riesgos relacionados con los contenidos, muchas veces poco apropiados para niños muy pequeños. Para ello, especialmente antes de los 10 años, es recomendable utilizar filtros de contenido. En segundo lugar, riesgos relacionados con los contactos. Debemos enseñarles a no relacionarse con desconocidos y a huir de las redes que promueven el anonimato En tercer lugar están las conductas, desde el ciberbullying o acoso online al sexting, el envío de imágenes provocativas, etc.

A estos tres aspectos algunos expertos han añadido una cuarta “C”, que parece hacerse más relevante en estos últimos meses. La comercialización de nuestros datos: estamos compartiendo una gran cantidad de información sobre nosotros que es de gran valor para las empresas. Es bueno aprender a configurar las opciones de privacidad de las redes y también saber que nada es gratis, sino que hay un pago implícito a través de la información del usuario.

Como padres o educadores, los riesgos no deben abrumarnos, pero sí creemos que es recomendable intentar llevar la delantera y conocer dónde están tus hijos, así como saber proponerles contenidos interesantes o cosas que hacer con la tecnología.

Al final, el mejor filtro son los padres: no hables de sexting, sino ten una conversación con tu hijo, adecuándola a su edad, sobre sexualidad. Si no se lo cuentas tú, se lo contarán otros. Si los padres son opacos ante algunos temas, muchos se lo “preguntarán” a Internet.

Creo que demonizar las pantallas no es la solución. Hay que estar cerca de los hijos, acompañarles, interesarnos por lo que les interesa a ellos. Por ejemplo, reservarnos un rato para jugar juntos a un videojuego , o para que nos cuenten cuál son sus influencers favoritos.

El último estudio de EU Kids Online , la red europea de referencia en la investigación sobre la vida online de niños y adolescentes, ha concluido que la mediación parental activa es el mejor “antídoto” contra los riesgos de los menores en Internet. Más incluso que la mediación técnica (la relativa a instalar en los dispositivos un software específico para restringir el acceso a determinados contenidos).

Desde el Instituto de Ciberseguridad de España recomiendan que los padres se ocupen de conocer el entorno digital de sus hijos y la tecnología que emplean. Porque no hace falta ser un experto, pero sí formarse en la medida de lo posible. También que los hijos se sientan cómodos pidiendo ayuda, e interesarse por lo que hacen online, compartir actividades y fomentar el diálogo con ellos.

Está claro que es necesario proteger a los menores. Y a la vez, la solución no es prohibir, porque entonces utilizarán esa tecnología en casa de un amigo, de un vecino… Creo que uno de los principales consejos es no esperar a que haya un problema, sino empezar a educar en estos temas antes.

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