Los monitores de la acampada en la que presuntamente se produjeron abusos contra una niña de ocho años han coincidido en señalar que no era posible que el acusado, el director del club juvenil que organizaba la actividad, se quedara a solas con la menor.
Así lo han indicado este jueves en su declaración como testigos durante la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Baleares. Cabe señalar que dos de los monitores que han declarado son los padres del acusado, un joven de 28 años.
Los monitores han corroborado que el reparto de habitaciones se hizo por sorteo y que en la acampada se movían siempre en bloque, por lo que han considerado "imposible" que se pudiera quedar a solas un monitor con un niño.
Además, han contado que la menor insistía en sentarse junto al acusado en las comidas y que decía que el joven era "suyo". Una de las monitoras ha afirmado que la niña "quería ser siempre el centro de atención".
La madre del acusado también ha dicho que la menor estaba "obsesionada" con que otra niña era la hijastra del procesado. Los monitores también han apuntado que, en el transcurso de una dinámica de la acampada, la menor confesó que estaba "triste" porque su madre no le dejaba ver a su padre biológico.
LA MADRE DE LA MENOR DICE QUE LA NIÑA NO ES "CELOSA"
Por su parte, la madre de la menor ha rechazado que hiciera una oferta de dos millones de euros al acusado por una casa. Este miércoles, el acusado mantuvo que la mujer podría tener ánimo de venganza contra él porque, según su versión, se había enfadado cuando él se negó a venderle una casa familiar.
Al respecto, la denunciante ha mantenido que "nunca" ha tenido ninguna negociación comercial con el acusado. Asimismo, ha asegurado que la niña no es "celosa" ni "envidiosa".
Por otro lado, el padrastro de la menor ha explicado que fue él quien recomendó a la madre que grabara un vídeo el día de los hechos con la explicación de la menor "para que no se escapara ningún detalle". Este vídeo fue borrado posteriormente.
El padrastro fue quien interpuso la denuncia, si bien ha matizado que lo hizo sobre los hechos que le había relatado su pareja tras hablar con la menor, y que no se los contó directamente la niña.
La madre y el padrastro de la víctima han declarado también que la niña presentaba "mal humor" y alteraciones como no querer comer o dormir.
EL FISCAL MANTIENE LA PETICIÓN DE DIEZ AÑOS DE CÁRCEL
La Fiscalía ha mantenido este jueves la petición de diez años de cárcel para el director de un club juvenil de Mallorca acusado de abusar de una niña de ocho años durante una acampada en 2016.
Así lo ha ratificado el fiscal en el trámite de conclusiones del juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares.
La Fiscalía también reclama que se inhabilite al acusado para cualquier empleo con menores y se le imponga la medida de libertad vigilada durante seis años, así como una orden de alejamiento de la víctima. Igualmente, pide una indemnización de 10.000 euros para la niña.
La acusación pública ha mantenido que la menor "presenta sintomatología absolutamente compatible" con los episodios relatados y ha cuestionado la objetividad del informe pericial planteado por la defensa.
El fiscal ha aclarado que no cree que los monitores que han declarado como testigos hayan faltado a la verdad voluntariamente pero ha razonado que la existencia de un protocolo por el que los niños no se podían quedar solos con un monitor "no significa necesariamente que no se haya podido producir una incidencia".
Además, el fiscal ha sugerido que puede darse un "mecanismo de protección de los testigos" provocado por la misma "repugnancia de la idea" de que hayan podido ocurrir abusos.
El abogado de la familia de la víctima también ha mantenido su petición, de 12 años de cárcel y una indemnización de 30.000 euros. El letrado ha expresado su convicción de que es "absolutamente cierto" lo que la niña contó a la madre al llegar de la acampada.
Asimismo, el abogado de la acusación particular ha tildado de "burlesco" que los monitores del club juvenil sean todos mayores de 60 años excepto el acusado, lo que a su entender "puede favorecer la impunidad por parte del acusado".
Además, el letrado ha recalcado que la menor "adoraba al acusado" y ha subrayado la necesidad de protegerla, resaltando que víctima y acusado residen en el mismo municipio.
LA DEFENSA APRECIA CONTRADICCIONES EN EL TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA
Por su parte, el letrado de la defensa, que ha resaltado supuestas "contradicciones, imprecisiones y ambigüedades graves" en el testimonio de la menor, ha pedido la absolución.
El abogado defensor cree que "no cuadran los datos" de la denuncia. Por ejemplo, ha señalado que es "materialmente imposible", debido al tiempo que duró la acampada, que los abusos se produjeran en dos ocasiones durante el mismo día, por la mañana y por la tarde.
También ha resaltado el hecho de que la menor dijera en el juicio que los abusos se produjeron delante de otra niña, "un dato suministrado libremente por ella que trastoca por completo todo el relato". Se trata de una niña que los padres del acusado tenían en acogida y que según los testigos, la menor denunciante creía que era su "hijastra". Esta otra niña fue interrogada por técnicos de la Uvasi y no corroboró los hechos denunciados por la víctima.
Asimismo, el letrado ha planteado que la actitud de la niña hacia el acusado "no es compatible" con el relato puesto que después de los supuestos abusos seguía insistiendo en sentarse con él y obtener su atención; y ha calificado de "ilógico" suponer que el acusado cometiera el delito en una acampada en la que estaba rodeado de su propia familia y la víctima podría haber salido corriendo.
Por otra parte, ha denunciado que falta "un elemento objetivo corroborador" porque no se realizó un informe médico ginecológico para acreditar los supuestos tocamientos, a pesar de que la menor manifestó a su madre que sentía molestias físicas.
Por todo ello, el letrado defensor ha argumentado que no existe prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia de su representado.
Al finalizar el juicio, el acusado ha rechazado hacer uso del turno de última palabra y se ha limitado a suscribir el alegato de su abogado.