La última tanda de robos con violencia se produjo en Santa Ponça. Tras recibir los datos facilitados por la víctima, agentes de la Guardia Civil averiguaron cuál era el vehículo utilizado por los autores y fue interceptado por agentes de la Policía Local de Calviá con los dos autores en el interior, cuando circulaban en dirección a Palma una vez cometido el robo.
Tras pasar a disposición judicial fueron puestos en libertad y días más tarde repitieron la jugada en Palma. Ésta vez la Policía Nacional les detuvo y el juez ha enviado a prisión provisional a una de los dos detenidos.
Se trata de la operación "Hug-amoroso", iniciada el pasado mes de octubre a raíz de un incremento de denuncias por sustracción de relojes de alta gama.
Los detenidos, todos pertenecientes a una banda itinerante, se acercan a las víctimas -normalmente mayores- con la excusa de preguntar por una dirección, un parada de autobús o pedirles la firma para cualquier asociación o incluso ofrecer servicios sexuales. Siempre son mujeres. Mientras hablan con la víctima, comienzan a tocarle hasta que consiguen sustraerle el reloj de la muñeca. A veces de manera sutil, otras empleando la violencia.
Después de hacer los robos, los autores se desplazan a otros puntos de la geografía española en barco y avión
Estos dos detenidos forman parte de una organización internacional compuesta por ciudadanos rumanos que actúan en toda la geografía española. Permanecen pequeñas temporadas en el mismo lugar para perpetrar los robos y al cabo de ciertos días, se van de la isla. Normalmente regresan a Barcelona, ciudad donde viven. Ellos viajan en barco, ellas en avión.
Esta organización utiliza a terceros también rumanos para poner vehículos a sus nombres, llegando a acumular alguno más de una treintena de vehículos en su propiedad, y así dificultar aún más su persecución o identificación, variando constantemente de vehículos.
Durante la investigación se han identificado a otros ocho integrantes, entre ellas se procedió a la detención en el mes de diciembre pasado, in fraganti, de una mujer de 26 años de edad, cuando abordo a una víctima y no dudo en utilizar violencia para hacerse con el reloj. El resto están en paradero desconocido.
Mediante estas detenciones se han podido esclarecer un total de cinco denuncias directamente achacables a los dos detenidos y más de otra veintena correspondientes a la organización, ascendiendo el valor de los relojes sustraídos a más de 225.000 euros, no habiendo sido recuperado ninguno de los mismos dado que desde el momento de cometer el hecho delictivo el reloj en cuestión es entregado a otro integrante de la organización encargado de su transporte y no vinculado aparentemente con los autores materiales, siendo el destino final de los relojes su venta en el mercado negro en países del este.