TOMÀS IBARZ. A la hora de publicarse -el pasado domingo- éstas observaciones semanales, Jaume Gomila -sastre palmesano- ya debía darle vueltas a lo que acabó perpetrando un par de días después. Ya no está entre nosotros porque no resistió recibir la orden de desahucio de su local que le había mandado "su" banco.
Me hace gracia la forma que tenemos de hablar en algunas ocasiones. Toda la vida nos hemos referido a la entidad donde tenemos domiciliados la nómina, el recibo de la luz, del teléfono, del gas, la hipoteca y las letras del coche, y que nos cobra sabrosos intereses por todo, como "mi banco".
Los bancos nunca han sido nuestros, evidentemente. Pero ahora no sólo son nuestros (que deberían serlo algunos ya que los han nacionalizado), sino que actúan como nuestro enemigo. Se lo permite el Gobierno.
Las noticias que este digital ha publicado esta semana relacionadas con el suicidio de Jaume Gomila y sus causas, han propiciado multitud de comentarios de nuestros lectores. La inmensa mayoría reclaman -muchos entre sollozos- que se articule de una vez algún tipo de reacción a esta barbaridad de los desahucios sin piedad que se multiplican día a día y que, como ya hemos vivido bien de cerca esta semana, dejan víctimas mortales que ya no podrán participar de la tan ansiada recuperación económica.
De los otros dos suicidios de empresarios mallorquines de estos días, no ha trascendido aún si la crisis económica o algún aviso del banco estaban detrás del luctuoso hecho. Sin embargo, mi conversación de esta semana con el Coordinador Autonómico de Salud Mental (lean la entrevista), me ha tranquilizado mucho, a pesar de algunas críticas (pocas, todo hay que decirlo). Se puede hablar de los suicidios, se pueden publicar a pesar del supuesto "efecto llamada" que pueden provocar. Basta con hacerlo con responsabilidad y con respeto. Evitando el morbo. Justo como ha hecho mallorcadiario.com. Han sido las noticias más seguidas de largo por nuestros lectores durante la semana. Confirmado: interés tienen y mucho.