Los colectivos animalistas no le pasan una al Govern autonómico ni a los partidos políticos que le dan apoyo. Es más, parece que el nivel de exigencia al que someten al PSIB, Més y Podem es mucho más alto que el que nunca antes mostraron con ningún otro Ejecutivo. No es extraño, porque las esperanzas depositadas en estas formaciones fueron muy grandes y están frescas en la memoria las fotografías que se hicieron ante el Parlament con el compromiso de acabar con los espectáculos taurinos en toda Balears de forma inminente.
Los animalistas no están dispuestos a dar su brazo a torcer y arremeten contra los firmantes de los Acords pel Canvi
Es innegable que hay discrepancias importantes en el seno de los partidos de izquierdas sobre qué hacer con el Correbou de Fornalutx, básicamente por las reticencias del PSOE en un asunto en el que sus militantes en aquella localidad de la Serra de Tramuntana no están dispuestos a ceder y quieren mantener la tradición. Por ello, el PSOE ha ralentizado la cuestión a fin de dejar pasar las elecciones y que este tema no acabe perjudicándoles, motivo por el que la aprobación de la ley de bienestar animal se pospone hasta septiembre, después de las vacaciones de verano. Pero los animalistas no están dispuestos a dar su brazo a torcer y arremeten contra los firmantes de los Acords pel Canvi, quienes prometieron acabar con los espectáculos taurinos en todas sus formas.
Los animalistas no se casan con nadie y no están quieren contemporizar. Quieren lo que les fue prometido y lo quieren ahora. Y no atienden a oportunismos políticos ni a estrategias electorales. Ya demostraron en el espinoso asunto del exterminio de las cabras de Es Vedrà que no transigen lo más mínimo y ahora anuncian una concentración para el próximo sábado en la plaza de España de Palma. Es lo que tiene prometer cuando se está en la oposición: que si se llega al gobierno hay que cumplir.