Los Ángeles de la Guarda (Civil)

Si ha leído Guardia, he ganado yo la apuesta. Y es que ya nadie se acuerda del Ángel de la Guarda, aquel de dulce compañía, pero sí que detectan las letras de la Guardia Civil. La benemérita se está convirtiendo en el verdadero ángel de la guarda español. Y si no me creen, busquen el Decálogo que acaban de publicar, lleno de recomendaciones para un entorno seguro.

Es el primero que se escribe en toda España y será copiado, en breve, por la Secretaría de Estado de Seguridad y se difundirá en todas las zonas turísticas, primero, y terminará en todos los lugares habitados. Y es que han tenido la genial idea de condensar en un folleto claro, conciso y muy didáctico todos los consejos y prevenciones que deberíamos tener en cuanta a la hora de hacer cualquier cosa que pueda suponer un peligro. Desde los deportes y actividades en el mar, pasando por las actividades en carretera, en el medio natural y cuando viajamos como turistas.

El decálogo va más allá y nos previene, sobre todo a los jóvenes, de las consecuencias del consumo de alcohol y drogas, de las fiestas sin control, de las conductas incívicas que, además de la mala imagen que ensucia un destino turístico de calidad, como son las Islas Baleares, pueden acabar con nuestra vida. Para hacerlas efectivas, la Policía Nacional patrullará, en verano en las zonas turísticas , con agentes de policía  de Francia e Italia. Este año, se espera que también venga a Balears agentes británicos. Ellos imponen respeto a sus compatriotas y pueden explicarles en un lenguaje más próximo, lo que no pueden ni deben hacer cuando están de vacaciones en estas islas.

Pero lo que vale más, mucho más, es que la publicación dedica un capítulo especial a la protección de la mujer y de la infancia y otro a las garantías y derechos procesales de los que, habiéndose equivocado, sean detenidos, encarcelados y puestos a disposición judicial. La Guardia Civil no es una fuerza represora ni perseguidora de actos incívicos e ilícitos, son ángeles de la guarda, que primero nos enseñan a comportarnos antes que aplicarnos  la fuerza para reprimir los malos comportamientos. Como decía la rima infantil, que no nos abandonen, ni de noche ni de día.