Lo que la verdad esconde

La verdad es de quien tiene coraje y decirla trae consigo enemistades y muchas caras de desaprobación. Pero también la verdad es bella y cuando la proclamas le deja a uno el buen sabor de boca del deber cumplido.

Como católica que soy no pretendo que el partido al que vaya a votar crea en Dios pues eso aparte de ser muy personal, es cuestión de fe pero sí que sea fiel a unas ideas y a unos valores que concuerden con los de la antropología cristiana.

Parece que últimamente los políticos que nos gobiernan (tanto los insulares como los peninsulares) están guiados por el relativismo moral a la hora de legislar y tomar decisiones.

Todo el día escucho gente que dice tener terror a lo que pueda llegar a hacer el actual presidente de los Estados Unidos, pero resulta que es el único dirigente que se ha manifestado y ha actuado a favor de la vida.

Por nuestro territorio se ha puesto de moda una indeterminación absoluta, un dejarse llevar por lo que fluye y la mayoría de personas se han subido al carro; con la teoría de votar a un partido concreto por ser el mal menor, hemos llegado hasta donde estamos con el mal mayor que se ha colado por todas partes.

Cuando uno flaquea en temas tan importantes como la vida, la familia y la libertad está demostrando ser un mediocre. Necesitamos gente tan valiente como para destapar lo que la verdad esconde y dedicarle un SÍ sin contemplaciones.

Así no nos hará falta la objeción de conciencia