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Lo mismo "miuras" que "mansos"

Por Alejandro Vidal
martes 29 de diciembre de 2015, 19:58h

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El Mallorca sumó cuatro de los nueve puntos en disputa frente a tres rivales del furgón de cola de la clasificación: Albacete, Tenerife y Girona. Parecía una fase tranquila, fácil no hay ninguna, del calendario que, sin embargo, se cerró peor de lo que cabía esperar. Ahora se dice –¿quién es “se”, quién lo dice?- se preguntaba siempre Luis Aragonés, que afronta a nuevos “miuras” en la recta final de la primera vuelta: Elche y Córdoba en campo ajeno, para regresar a Palma en vísperas del Patrón, Sant Sebastiá, con motivo de la visita del Valladolid. Dos de ellos, ilicitanos y castellanos, son conjuntos de mitad de la tabla, aunque hayan adquirido una ventaja de siete y cinco puntos sobre la décimo octava posición, y sólo el Córdoba presume de gallito si es que a estas alturas se puede sacar pecho.
Quiero decir con ello que el problema no reside en los rivales, sino en el propio equipo que dirigió Ferrer y ahora entrena Gálvez. No es casual que precisamente sean los cinco últimos clasificados quienes no han conseguido aún una sola victoria fuera de casa. Hasta el Girona, con los mismos puntos que el Mallorca, ha logrado ganar tres partidos lejos de Montilivi. En Son Moix la campaña no ha sido tan mala, mas allá del nivel de juego desplegado. De hecho hay nueve equipos que, como anfitriones, han sido peores. Una somera interpretación de estos datos nos llevaría a la conclusión de que la raiz del problema no reside tanto en el banquillo, como en el carácter de la plantilla como colectivo. Una tripulación sin líder, de moral frágil y justa de efectivos cualitativamente hablando.
Si repasamos los marcadores que se han dado contra enemigos de un perfil similar encontramos el empate como signo más prodigado, pero encarar la ronda de clausura con menos de cuatro o cinco puntos obligaría a un esfuerzo para el que estos hombres quizás no estén preparados. En las últimas cinco temporadas el descenso se fijó con cuarenta y seis o siete puntos, en una oportunidad con cincuenta. Es decir que, si termina la primera vuelta con veintidos o veinte tres, lo que muchos firmaríamos a ciegas, no bastaría repetir la trayectoria para evitar la catástrofe y la experiencia determina que la cuesta de enero a mayo suele ser más difícil que la de agosto a diciembre. Así que da igual si vienen “miuras” o “mansos”, pero los guarismos valen lo mismo contra unos que frente a los otros y no se admiten medias faenas.
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