No ha sobrevivido el Atlètic Balears a la primera oportunidad de abrazar el ascenso, a pesar de que la magnitud del partido del domingo ya le ha metido en otra dimensión. Logró el club de la Vía de Cintura movilizar a más de 10.000 personas y eso está al alcance de pocos eventos deportivos y sociales en la Isla. Al margen de la bofetada deportiva, el Atlètic ha sido capaz de devolver la ilusión a miles de 'balearicos' que amontonaban décadas de frustración y sólo así se explica la respuesta de la afición ante el Mirandés.
El equipo de Siviero arrojó en un maldito tramo final de partido un estupendo primer tiempo y un notable inicio de segunda parte, pero más allá de la derrota subyace la competitividad de un gran plantel. Ahora la entidad y el cuerpo técnico deberán levantar a un vestuario malherido por el golpe, porque al fin y al cabo sólo se ha perdido una primera batalla. Nadie duda de que, con el potencial del equipo, esa carga emotiva, el apoyo de la hinchada y un poco de suerte, el Atlètic Balears volverá a Segunda División.
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