El ejemplo de Jorge Lorenzo

No goza del credo de Rafa Nadal, en parte, porque su atrevimiento natural limita con la falta de humildad. Tampoco le han ayudado sus añejas batallas con Rossi o Pedrosa, que han golpeado su figura. Muchos tampoco le perdonan que haya fijado su residencia en Barcelona, hasta el punto de cuestionar sus orígenes. Pero Jorge Lorenzo, que ha ido mutando su personalidad hacia la de un tipo más lacónico, medido y maduro, ha demostrado que pocos compiten como él encima de una moto. Un puñado de grandes premios le ha bastado para liderar el Mundial con una conducción superlativa, que sólo la irrupción de la Eurocopa y las gestas de Nadal han ensombrecido.

Ambicioso como pocos, Lorenzo sabe que este es su año. Por eso se ha arremangado, se ha puesto a trabajar y ha olvidado esas declaraciones estridentes que tanto magullaban su nombre. Después de vivir un calvario en el pasado ejercicio, las mejoras en la moto y su determinación han convertido al piloto mallorquín en un cohete. “Va muy rápido”, mascullaba ayer Pedrosa tras una nueva exhibición del ciclón de Palma. Más allá de afinidades, simpatías u otras explicaciones de segundo nivel, lo cierto es que Jorge Lorenzo va camino de convertirse en una leyenda del deporte de la Isla. Y, afortunadamente, ya van muchas…  

@xiscocruz en twitter