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Libertad de expresión

martes 15 de noviembre de 2022, 03:00h

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No soy nuevo en esto, escribo esta columna, a veces diabólica y otras con aire marino, desde hace unos siete años y con anterioridad opiné semanalmente en la fenecida Ultima Hora radio de la mano de mi admirada Diputada autonómica Lina Pons, también escribí en su tiempo en el Periscopi, medio digital también desparecido del ilustre Antonio Tarabini, naturalmente no puedo olvidar mis colaboraciones en Canal 4 de la mano de la brillante Cristina Roig. A IB3 TV ya no me invitan, me dicen que por no compartir su sectarismo.

Les cuento esto porque nunca, nadie, ningún medio, director, editor o propietario de ningún medio en los que he colaborado, siempre desinteresadamente y a modo honorífico, me han sugerido, indicado u ordenado sobre que, como o de que manera, debía o no escribir u opinar; no lo hubiese aceptado y simplemente hubiese dimitido y me hubiese ido a casa donde tengo muchas cosas para entretenerme. Estos días estoy con “El Evangelio de Jesucristo” de Saramago y me espera la versión de Robert Graves. Magnífica la primera y con expectativas muy altas la segunda.

Les cuento todo eso para explicarles que me llamó la pasada semana un enano intelectual, cuyo nombre no vale la pena mencionar, aunque igual se me escapa, que se identificó como plumilla de El País y La Sexta (la secta en los ambientes) y después de una conversación penosa, me dijo, veladamente, que hurgaría en mi pasado como Cónsul que fui de Austria y Abogado desde principios de los noventa. No estoy nada preocupado por lo que ese sujeto diga de mí, de hecho no le he visto nunca en televisión ni he leído ninguna columna suya, además no soy consumidor de ninguno de esos medios que si hacen periodismo de esta manera han caído muy, pero que muy bajo. De hecho mi vida no es especialmente apasionante, no soy Indiana Jones precisamente, por lo que diga será aburrido o no será noticia por lo anticuado.

Lo que realmente me preocupa es la coacción a la libertad de expresión; intentar callar la opinión de cualquier persona ordenando por algún mandarín de tres al cuarto a un mamporrero para privar de la libertad de expresión de un ciudadano se llama fascismo. Cuentan las anécdotas que cuando el periodista Planas Sanmartí durante la dictadura escribía de un determinado camisa azul, este hacía que le desapareciese el mini durante una semana. en la dictadura se hacían estas cosas.

Sin libertad de expresión no hay democracia, como decía Voltaire, Almirante Hila y el mamporrero vayan a Google así aprenderán algo, No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo. En eso consiste la democracia, la libertad de pensamiento y la libertad de expresar ese pensamiento.

No me callaré ni en los medios en que colaboro (salvo cese por parte de mis editores), ni en redes sociales. Lo que se puede decir de mi está todo dicho y de eso hace mucho, demasiado pues el tiempo pasa más rápido de lo que uno quisiera, entonces si alguien, algún jefecito tiene a sus órdenes a un mamporrero para los trabajos sucios e inaceptables en democracia que vaya olvidando de que me callaré. No me amedentrarán. Ladran, cabalgamos.

Una democracia no es plena si los ciudadanos no disfrutamos de nuestro derecho a opinar contra los que mandan (como Cuba, Venezuela, Rusia, China, Corea del Norte…reconocidas dictaduras criminales) con los límites del derecho al honor y a la intimidad. Hace unos años los mismos que mandan ahora y que ejercen esas miserias de intentar callarme denunciaban a un colectivo de periodistas de ser el sindicato del crimen ¿Qué están haciendo ellos mismos ahora con estas llamadas? ¿A qué sindicato pertenece el sujeto de la secta y el país que me llamó? Exactamente lo mismo. Es el sindicato del crimen 2.0

Sabes una cosa Castellón, no me das miedo, no me coartas y no me callas. Me ampara la ley y especialmente la Constitución y por nada del mundo me voy a plegar a ninguna indicación o sugerencia en los términos que los hizo, no defraudaré a mis hijos, a mi familia ni a mis amigos y si tenemos que vernos en el juzgado, mi hábitat, ahí nos veremos y por último dignifique su profesión y se dignifique a Vd. mismo y no se dedique a hacer llamadas que otros no se atreven a hacer; no se ensucie las manos por alguien que le va a dejar tirado como una colilla cuando no servicios. El consejo no se lo cobro. Es gratis.

Al cargo que ordenó la llamada, por boca de otros le digo:

En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres. Suetonio.

La libertad es siempre libertad para quien piensa diferente. Rosa Luxemburgo.

La voz tiene poder, la gente escucha cuando hablamos; no se trata de combatir el terrorismo con la violencia sino con las palabras. Malala Yousafzai. Premio Nobel de la Paz 2014.

La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad. Liu Xiaobo. Premio Nobel de la Paz 2010.

Si nos quitan la libertad de expresión nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero. George Washington. Primer presidente USA.

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