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Las tradiciones navideñas resisten en Mallorca
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(Foto: J. Fernández Ortega)

Las tradiciones navideñas resisten en Mallorca

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
martes 26 de diciembre de 2023, 05:00h

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El inicio de las fiestas navideñas es siempre un buen momento para analizar si siguen o no vigentes la mayoría de tradiciones, hábitos y costumbres propias de estas fechas, en especial si las comparamos con las que existían en tiempos de nuestros padres o de nuestros abuelos. En principio, las Navidades parecen seguir teniendo aún sus propias especificidades, aunque algunas de ellas vayan acompañadas hoy de unas innovaciones o de unos cambios que las hacen algo diferentes a las celebraciones que tenían lugar en diciembre y en enero en Mallorca hace apenas dos o tres décadas.

Algunos de los cambios evidentes con respecto a las Navidades de nuestra infancia se pueden percibir desde hace unos pocos años con sólo dar un paseo nocturno por Palma y por el resto de municipios de la isla, pues en la iluminación navideña ya no hay hoy ninguna bombilla tradicional, sino únicamente luces Led. Al mismo tiempo, se han ido incorporando poco a poco nuevas figuras decorativas, como los árboles gigantes que permiten entrar en su interior.

Por otra parte, el uso cada vez mayor de smartphones ha contribuido de manera directa a que muchas personas ya no envíen en la actualidad las habituales y entrañables postales de felicitación a familiares y amigos. Dichas postales se remitían por correo y tenían el aliciente de ser personalizadas y manuscritas. Ahora, en cambio, suele ser habitual que lleguen a nuestro móvil decenas de mensajes navideños el 24 de diciembre y el 31 de diciembre, unos mensajes estándar y estereotipados que recibimos al mismo tiempo cientos de personas, por lo que bien podría decirse que la mayoría de esas felicitaciones no están hechas desde el alma ni desde el corazón.

La modernización de las costumbres navideñas está llegando también a la gastronomía, en especial al ámbito de los turrones y los dulces, con productos adaptados a los nuevos tiempos dietéticos, es decir, más naturales, sin azúcares añadidos y bajos en calorías. Dichos productos se pueden adquirir ya, además, en raciones unipersonales, por lo que nuestra culpabilidad al degustarlos suele ser algo menor que años atrás. Tal vez, lo único que se mantenga hoy sin cambios sea tomar un chocolate con ensaimadas en alguno de los locales más emblemáticos y con más historia de Ciutat.

Por lo que respecta a la supuesta secularización que estaríamos viviendo en estos últimos años, el profesor de Antropología de la UIB, Alexandre Miquel, explica a mallorcadiario.com que se tiene que relativizar un poco esta cuestión, "porque una cosa es la religión oficial y otra cosa es cómo se vive de manera general el hecho religioso". Además, "si bien algunas fiestas navideñas están vinculadas a la religión, en concreto al nacimiento del Dios cristiano, otras son previas y otras se crearon de forma paralela".

RELIGIOSIDAD POPULAR

Este docente universitario recuerda que "la religión no es sólo una creencia y una estructura eclesiástica, sino que es también una forma de expresarse y de relacionarse, es decir, lo que denominaríamos religiosidad popular". Esa religiosidad se entremezcla a veces con hechos que no necesariamente están vinculados con la religión cristiana, sino que tienen otro origen o que le preceden en el tiempo. En ese sentido, "podemos recordar ahora a determinados personajes esenciales de las rondalles, como el Dimoni o Sant Antoni, que en realidad son la cultura y la naturaleza". Además, el Dimoni de dichas historias es un demonio precristiano.

No hay que olvidar, por otra parte, que todo este ciclo de fiestas coinciden con el solsticio de invierno, "una época del año en la que antiguamente tenían una gran importancia el mundo rural y la agricultura, así como también determinadas formas de estructura social y de relaciones interpersonales", unas formas que hoy han cambiado radicalmente. A ello habría que añadir que mucha gente vivía y trabajaba en una misma población y que apenas se desplazaba.

En ese contexto, "todas las comidas y todas las cenas navideñas del pasado estaban relacionadas con aquellas circunstancias concretas". Así, una vez acabadas las labores en el campo, tenían lugar las reuniones familiares, en las que se comían determinados platos y dulces que no se consumían durante el resto del año. "Todos estos hechos especiales que marcaban y ritualizaban la vida, y que por ello tenían su especificidad, se han ido perdiendo de manera progresiva. Ahora, sin ir más lejos, hay personas que comen turrón incluso en el mes de agosto", ironiza Alexandre Miquel.

Una de las tradiciones más antiguas y que todavía hoy resiste es la del belén en las casas, en las iglesias y en las instituciones. Se trata de una tradición que se complementa sin problemas con la del árbol navideño. De hecho, "cuando aún había la necesidad de hacer de la Navidad algo extraordinario, ambas tradiciones eran ya capaces de convivir entonces perfectamente, pues cada una tenía su espacio y al mismo tiempo eran combinables".

PRESENCIA DEL BELÉN

Una novedad que, precisamente, se puede destacar este año en Mallorca en relación a los nacimientos ornamentales habituales es la recuperación del belén viviente solidario de La Misericòrdia, tras diez años sin celebrarse. La citada recreación, organizada por el Consell, contó con la presencia de diversos actores y de unos setenta ciudadanos que se habían inscrito previamente para participar en este belén humano, sumando más de 130 personas en total. Además, hubo asimismo unos cincuenta animales, entre ellos ovejas, gallinas y cerdos.

Este año 2023 tiene, además, un significado especial para los amantes de los belenes en general, pues estos días se está celebrando el 800 aniversario del primer nacimiento viviente, un belén que fue creado por San Francisco de Asís en la población italiana de Greccio. Para conmemorar esta efeméride, el Bisbat de Mallorca ha organizado diversos eventos.

Otro hecho que merece ser también destacado, en este caso ya en clave estrictamente local, es la restauración del conjunto belenístico de la iglesia parroquial de Santa Creu de Palma, una labor que los técnicos restauradores que han intervenido en este cometido han ejecutado durante ocho meses. En ese sentido, puede afirmarse que no hay precedentes en Mallorca de una actuación similar en un belén de una iglesia.

Por otro lado, la reciente celebración de la Nit de Matines el pasado 24 de diciembre en toda la isla fue muy parecida a la de años anteriores, tanto por lo que respecta a los horarios de las misas y la asistencia de feligreses como por lo que se refiere a las parroquias que acogieron esta conmemoración religiosa. De este modo, se confirmó que otra de las tradiciones especialmente arraigadas en Mallorca —que incluye el Canto de la Sibil·la— mantiene todavía hoy su plena vigencia.

ESTRUCTURA SOCIAL

Seguramente, uno de los principales cambios que ha habido en estas últimas décadas en la celebración de las Navidades tiene más que ver con el tipo de relación social y de estructura social que había en el pasado que con la persistencia o no de determinadas tradiciones en este nuevo siglo. Según rememora Alexandre Miquel, hasta no hace aún mucho tiempo, "el modo de vida estaba muy pautado, no sólo por lo que respectaba a la alimentación, sino también por el tipo de vínculos que había en Navidad". La gente no se veía durante el resto del año, "por lo que la mayoría de personas quedaban en estas fechas para celebrar también el hecho familiar".

En la época de nuestros abuelos y de nuestros bisabuelos, "las estructuras familiares eran, por regla general, muy jerárquicas y muy patriarcales, es decir, muy rígidas y con los distintos roles distribuidos de forma clara". En ese sentido, se quería remarcar la solidez de esas estructuras y subrayar la premisa de que la familia era el centro de la sociedad. Al fin y al cabo, "los rituales sirven también para reproducir sistemáticamente la idea de que este es nuestro modo de vida".

El problema con que nos encontramos hoy es que aquel ya no es nuestro modo de vida. "En la actualidad, ni nuestra forma de vida ni las relaciones sociales ni las estructuras sociales tienen nada que ver con aquello. De hecho, poco a poco nos hemos ido urbanizando cada vez más, tanto si vivimos en la ciudad como si vivimos en el campo", prosigue el citado antropólogo.

Otro hecho a destacar es que se ha ido perdiendo el sentido de excepcionalidad que tenía la Navidad, "por lo que se ha acabado convirtiendo casi en un ritual más". Además, la mayoría de encuentros familiares son hoy un "rollo", sobre todo para los más jóvenes, que posiblemente querrían estar en esos momentos en otros espacios, como por ejemplo en una discoteca. Una de las pocas fiestas que siguen manteniendo su excepcionalidad es la de las campanadas de fin de año, "que curiosamente es una celebración relativamente nueva".

NUEVOS MITOS

Más allá de las Navidades en sentido estricto, Alexandre Miquel también recalca que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, "hoy hay muchas familias nucleares". Además, las relaciones con la gente mayor son ahora menos frecuentes que antes y, por otro lado, el reducido espacio de muchas casas dificulta que pueda haber reuniones en donde coincidan tres generaciones de una misma familia, como sucedía hasta no hace todavía mucho tiempo.

Una tradición secular que de momento aún se mantiene, pero que a la vez ha evolucionado, es la de los Reyes Magos. Décadas atrás, un niño o un adulto sólo recibían regalos por su cumpleaños, por su santo y el 6 de enero. "Pero luego empezaron a surgir el Día de la Madre, el Día del Padre y otras fechas señaladas, por lo que, en cierto modo, se perdió el sentido específico de la festividad de los Magos de Oriente", afirma nuestro interlocutor.

"El problema que tenemos actualmente es que es muy difícil que los mitos se sigan vinculando a lo que se vinculaban antes, pues hoy los mitos tienen mucho que ver con las redes sociales, con los avatares o con la imagen", continúa este docente universitario, para puntualizar: "En el caso del cine, por ejemplo, los superhéroes serían los nuevos ritos y los nuevos mitos". Hoy hay una circulación constante de imágenes, de ritos y de mitos, "muy vinculados obviamente al consumismo". Al mismo tiempo, "se utilizan viejos rituales para decir cosas diferentes; en ese sentido, la significación de las cosas es variable y el símbolo es arbitrario, pues puede significar una cosa y su contraria".

Por último, Alexandre Miquel señala que "en el caso concreto de Palma", las Navidades empiezan de facto cada vez un poco antes, normalmente en noviembre con el black friday, y se prolongan prácticamente hasta la celebración de Sant Sebastià. "Mi conclusión sería que las tradiciones no desaparecen completamente, sino que se transforman y vienen a significar cosas nuevas", resume, y apostilla: "El hecho de que las tradiciones cambien no es nuevo, lo novedoso es el modo en que cambian".

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