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Las olimpiadas de bitcoin

Por José A. García Bustos
sábado 09 de mayo de 2020, 05:00h

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Manuel Romera, experto en finanzas del Instituto de Empresa y antiguo profesor, dijo recientemente en una reunión de antiguos alumnos que “cuanto más leo sobre blockchain, menos entiendo”.

En los últimos meses he tenido la oportunidad de poder explicar ese concepto a empresarios y particulares. Y, es cierto, no se entiende. Creo que el problema radica en que, como en economía, tendemos a emplear tecnicismos innecesarios o prescindibles. En este caso, no solo económicos sino también tecnológicos, para complicarlo aún más.

Al igual que tenemos un coche y no entendemos el funcionamiento del motor pero vemos sus ventajas, algo así debería ocurrir a la hora de explicar qué es bitcoin. No es más (ahí es nada) que la base de un nuevo sistema económico, veremos si alternativo, sustitutivo o coetáneo con el actual, en crisis.

Mañana tendrá lugar un evento importante. Como en las Olimpiadas, cada cuatro años, en bitcoin pasa algo con los premios y medallas. En bitcoin, lo que ocurre es que la recompensa se reduce a la mitad.

¿Qué recompensa? Cada 10 minutos se premia a personas y empresas que ofrecen su potencia de cálculo (mediante ordenadores u otros equipos con elevada capacidad de cálculo) para resolver operaciones puestas ad hoc. El primero que lo hace, valida un bloque (conjunto de transacciones y operaciones) y se lleva un premio, siempre que tenga el consenso del resto. Cuanta más potencia de cálculo tenga un nodo, antes dará con la solución y antes se llevará esos bitcoins de premio que, a los precios actuales, hacen que sea atractivo dedicar esfuerzos e infraestructura al cálculo.

Esto, que parece una nimiedad, es muy relevante porque los ordenadores que se ponen a resolver operaciones sustituyen a un banco como registrador público de las transacciones. Lo cual no es lo mismo que decir que bitcoin sustituya a los bancos. La implicación de esa sustitución es muy profunda a nivel económico por cuanto, no depender de los banqueros, implica darle la vuelta al sistema económico, tal y como lo conocemos hoy. En la actualidad, los bancos son parte primordial del entramado, con el poder de verificar, limitar o retroceder transacciones o creando dinero de la nada, cada vez que usted solicita un préstamo.

Sí, así es. Si yo envío dinero a otra persona, un banco da fe de que me he quedado sin él y que debe aparecer abonado en la cuenta del beneficiario. Ese poder de verificación de los bancos, comerciales y centrales, se traspasa a las matemáticas que, mediante la seguridad de la blockchain, permiten dar fiabilidad a las operaciones y no permiten el doble gasto de una misma moneda.

La próxima reducción a la mitad de la recompensa para BTC (el bitcoin más conocido, el más caro, aunque no el que definió el creador) está prevista que ocurra entre mañana domingo 10 de mayo y el lunes 11.

Tradicionalmente, se ha asociado la reducción a la mitad de la recompensa con la escasez y se ha creado un efecto psicológico de que hay que comprar esa moneda. Como la oferta de bitcoin es fija (21 millones), un aumento de demanda hace que, en el pasado, el precio haya aumentado significativamente en los meses posteriores. La reducción a la mitad de la recompensa se llama halving.

Desde que bitcoin vio la luz ha habido varios halving. Uno cada cuatro años. En 2012 se bajó la recompensa por resolver un bloque a la mitad, pasando de 50 bitcoins a 25. En 2016 se pasó a 12,5 bitcoins. Mañana, para BTC (Bitcoin Core) se reducirá a 6,25.

Realmente no es escasez porque, cada vez hay más monedas en circulación, sino sensación de escasez y de que se está agotando la fuente, porque se liberan en menores cantidades. El efecto psicológico es potente.

El aumento que históricamente se ha dado tras un halving, hace que muchos tenedores de BTC estén esperando el día de mañana con impaciencia. Algunos pseudogurús hacen previsiones indicando que se conseguirán precios astronómicos, siendo el más bajo de 100.000 dólares por BTC para este o el año que viene. Los más optimistas no vale la pena ni recordarlos. Pero, están haciendo un análisis a futuro mirando el retrovisor. Esta vez será diferente. Ahora no están solos.

Se da el caso de que estamos ante el primer halving en el que no solo hay una única tipología de bitcoin, por decir algo, sino que en los últimos cuatro años ha habido dos bifurcaciones y, a diferencia de hace cuatro años, hoy hay tres tipos de bitcoin que, una vez tuvieron el mismo origen. Cada uno, filosofía diferente. Hoy tenemos BTC (Bitcoin Core, el caro, el que ocupó portada en los telediarios a finales de 2017 llegando a cotizar a 20.000 dólares), BCH (Bitcoin Cash, el primero en separarse del anterior) y BSV (Bitcoin Satoshi Vision).

Solo el último (BSV) es el que está siguiendo los designios de su creador, recogidos en el whitepaper (libro blanco) que define la tecnología y su funcionamiento. Esta rama de la bifurcación tiene claro que, con los halving y la reducción a la mitad de la recompensa, el atractivo para los mineros (quienes invierten en equipos para validar bloques) será inferior.

Solo les será atractivo si se les da otra opción para ganar dinero como es la de llevarse una comisión por cada transacción e incorporar, a su vez, el mayor número de transacciones posible, dentro de un bloque, para ganar por volumen. Así pues, BSV da cabida a muchas más transacciones por bloque que el resto. Esta semana se han alcanzado varios récords en un solo bloque de BSV al haber aumentado el tamaño como nadie ha conseguido, superando los 3 Gigabytes y dando cabida a un total de 13 millones de transacciones que han reportado al minero ganador, un total de 33 bitcoins. A eso hay que añadir la recompensa del bloque mencionada anteriormente (6,25). Por tanto, en BSV, vía comisiones se gana más que vía recompensa. Eso no ocurre con BTC, cuyo tamaño de bloque es de 1 megabyte y dan cabida a muchas menos operaciones. Tampoco con BCH cuyo tamaño es 32 megabytes.

Además, se gana en velocidad. En BTC solo tienen lugar 7 transacciones por segundo. En BCH, 116 y en BSV más de 1.200, llegando a picos de 6.400 transacciones por segundo. El líder en pagos del mercado, VISA, realiza una media de 1.700.

BSV es la única blockchain que asegura los beneficios de los mineros en el futuro porque entre mañana y pasado, como cada cuatro años, se reducirá la recompensa a la mitad. BSV está preparada para ser una alternativa seria para desembarcar en el mundo empresarial y para ser adoptada a nivel planetario. Ha puesto las bases para competir con VISA. Solo le falta mayor adopción. La tecnología está prácticamente lista, ahora deben centrar sus esfuerzos en labores comerciales y explicar las bondades que presenta para negocios y bancos centrales, lanzados estos últimos en una carrera frenética para crear su moneda digital sobre una blockchain.

A los que esperan que BTC suba de precio por el mero hecho de que se reduzca la recompensa a la mitad, mi opinión es que se equivocan. Rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras, menos aún cuando hay competencia que antes no existía. Un minero intentará rentabilizar la inversión en sus equipos e irá allí donde obtenga mayor probabilidad de ganar dinero. Es un negocio. Y esta vez tienen opciones más atractivas. Cuántos más mineros vayan a BSV, más fuerte, rápida y segura harán la red. Y cuántos menos queden en BTC, más débil, lenta e insegura se convertirá. Y eso se traducirá en el precio que, a la larga, siempre refleja la utilidad y el valor añadido de un producto. BSV es mucho mejor producto que BTC y que BCH.

A BSV la han penalizado con difamaciones provenientes del entorno de BTC y la han sacado de exchanges (el equivalente online a casas de cambio), limitando su conocimiento y posibilidades de adopción. Ese castigo no ha venido por su tecnología sino que ha sido su creador el que no ha gozado de la simpatía del resto, quienes le han visto como una amenaza. Estamos hablando de un genio que lidia con las dificultades sociales que su enfermedad, el Asperger, conlleva. Pero la tecnología y la filosofía que subyacen en BSV la hacen una blockchain ganadora. Mañana se cumplen cuatro años y el premio por bloque resuelto bajará a la mitad. Desde ese momento, la distancia entre BSV y el resto de criptomonedas irá haciéndose patente siendo merecedora de la medalla de oro en sus particulares olimpiadas.

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