Lanzadores de piedras
lunes 08 de diciembre de 2014, 18:15h
Hoy no hablaré de que Rato falseó las cuentas de Bankia para sacarla a la Bolsa y engañó a miles de inversores; tampoco hablaré de Verdú su escudero y segundo de abordó en aquellos día, me refiero al mallorquín de adopción señor Verdú, Don Francisco Verdú poeta de reconocido prestigio entre otras artes, nacido en “Alacant, que ahora rima versos en en Miami, eso sí, siempre que se lo permita su trabajo como “Asesor”de una empresa constructora.
Tampoco es día para hablar de los “destructores” vampíricos de la construcción”palmesana”. Se dicen promotores, quienes pretenden construir 39.000 viviendas, antes de adecentar la invasión de cientos y cientos de pisos, casas, adosados y demás bodorrios invendibles, que se mueren zozobran a medida que pasa el tiempo, en su rápido caminar hacia el derrumbe o escombro, entre gemidos y lagrimas de prestamistas y otros sinvergüenzas usureros. ¿Por qué todos estos señores del ladrillazo no se dedican a habilitar y restaurar viejas viviendas -que las hay a miles – una vez adecentadas alquilarlas o venderlas a un precio decente y constitucional ?
Reconozco que me hubiese gustado hablar de estos cara dura descarados y sus compañeros de equipo, pero hoy no toca.
Hoy quiero dedicar un saludo, nada afectuoso, a esta camada de irresponsables, descerebrados, hijos de su madre que se dedican a tirar piedras desde lo alto del puente de la utopista, a cualquier anónimo conductor que pasa con su coche por debajo del puente.
Al parecer, estos salvajes de la pedrada, que hace pocos días casi mandaron al otro lado a una pobre ciudadana, que viajaba tan tranquila en su coche, al lado de su marido y le lanzaron un pedrusco que casi la mata, estos salvajes digo, deberían ser ajusticiados como toca y no con un un cachete y un aviso cuando salga de la cárcel preventiva. Así lo deducimos de otras actas y sentencias judiciales, que sobre otros acontecimientos delictivos o hechos parecidos, de forma inexplicable, aplican sus señorías como ejemplares correctivos.
Esto se repetirá y se repitió el pasado Jueves tras la detención del primer “lanzador de piedras”.
Si queremos paralizar este “deporte” a sus seguidores y a la cantera, si queremos acabar con estos lanzadores de piedras, deberemos maniatarlos en un lugar seguro, durante un periodo razonable de tiempo y sin mayor dilación, aplicarles la descarga jurídica adecuada, así, sin más miramientos,de lo contrario, tras ser cazados in fraganti o haber confesado la práctica de su deporte – lanzador de piedras- y no haber recibido el correctivo adecuado, por lo menos el que le aplicaría la persona que recibió el impacto de la pedrada, volverán al campo de maniobras – cualquier puente- y ensayarán de nuevo cualquier día sobre la cabeza y cuerpos inocentes de nuestros hijos y demás acompañantes. También puede ocurrir que estos potenciales asesinos tiren la piedra al paso de la madre o el padre que los parió.
En esta Comunidad de ricos y pobres, hace muchos años que ya existían los “Foners”,desde hace siglos siempre hemos sido muy dados a tirar piedras al enemigo o al vecino, con el correr de los años, han llegado “relevos” que añaden más peligro del que ya había. Sí al pillar a esta gente no les aplicamos el correctivo duro y seguro que se merecen, la competición del lanzador de piedra y de otras leches irá en aumento y lo lamentaremos muy mucho.