"...Lágrimas y alquimia...
...Receta...
...Ven.
...Te diré qué vamos a hacer con esa gota que cayó por tu mejilla y que dejaron yermos de brillo y lucidez esos preciosos ojos canela...
...Pasaré con delicado verso el reverso de mi índice bajo tus enrojecidos alféizares y velos humedecidos...
...Seguidamente, tomaré esa tu savia milagrosa antes de que se deslicen hasta tus cálices turgentes y la verteré sobre la cicatriz de ese pesar tuyo...
...El líquido limpiará esa herida y como por arte de magia, su sal la compondrá y terminará de cerrar el estigma por el que tanto penas...
...Pero recuerda una cosa: las lágrimas restantes , cuando tomen el cariz de autocompadecimiento tan sólo servirán para que te ahogues en un oscuro y tormentoso océano de angustia sin fin.
...Y esas aguas no tienen sal...No curan heridas...Tan sólo las humedecen y las abren más...
...Pero aún así ven. Yo te prestaré alguna que tengo guardada para la ocasión...
...Mientras, toma mi hombro..."
Claudio de Andrés Alegria