El domingo 23 de mayo -falta solo una semana- Baleares dará algún paso más en la lenta desescalada que propone el Govern. Y la verdad es que los datos acompañan para dar pasos inequívocos hacia adelante.
Las autoridades baleares abren lentamente la mano de las restricciones a la actividad económica y lo hacen sobre el andamio de seguridad que dan los datos de la incidencia del coronavirus en Baleares, con una incidencia que vuelve a bajar de 50 casos por 100.000 habitantes, y con el nada despreciable hecho de que la masa de población vacunada cada vez es mayor, mucho mayor. Todo ayuda.
En este escenario favorable -Baleares es la segunda CCAA con mejores datos-, el próximo paso de la desescalada apunta directamente hacia una nueva polémica por la incoherencia de la medida. El 23 de mayo volverá a abrir, con limitaciones, el interior de bares y restaurantes. Pero ¡ojo¡ porque solo podrán abrir aquellos que no dispongan de terraza. Si tu establecimiento tiene terraza, tienes que decidir si abres dentro o fuera.
Ante todo, bienvenida sea la noticia de la reapertura de interiores porque son miles los establecimientos sin terraza que llevan sin trabajar desde diciembre mientras han ido viendo como las terrazas poco a poco han salido de la cueva.
Esta discriminación que hará el Govern -o dentro o fuera- debe atender a la no confesada aún existencia de una variante mallorquina del Covid. Un virus modificado de tal manera que distingue entre bares y restaurantes que tengan o no terraza. Si no tienen terraza, el interior estará protegido y no podrá infectar a nadie. Si el establecimiento tiene terraza e interior y abrieran los dos, el virus se convertiría en una versión peligrosísima más infecciosa.
Señores expertos, doy por hecho que ustedes saben que la terraza es el elemento externo acoplado al negocio y servido por camareros distintos a los del interior. El negocio se estructura así. Por esta razón, resulta de muy difícil comprensión el por qué si tienes terraza no puedes abrir el interior, y si no la tienes tu interior es más seguro. Si no hay una explicación científica -que a día de hoy no la ha dado nadie-, tendremos que pensar en decisiones políticas encaminadas a poner palos -más palos- en las ruedas del sector hostelero.
De hecho, los comedores interiores de los hoteles llevan semanas abiertos al tiempo que sus terrazas. No deben hacerse diferencias. A no ser que la variante mallorquina del virus también sepa diferenciar entre bares o restaurantes y hoteles, que también puede ser.
Atentos a esta imprevisible nueva variante.