Una vez más perpleja por las noticias que leo en los diarios, en el llamado “la sorpresa de octubre” donde han salido todos los trapos socios de ambos candidatos políticos americanos, me gustaría invitarles desde aquí a realizar una auto-reflexión. Mientras los escarceos sexuales, abusos de poder o problemas maritales de la Casa Blanca y los candidatos americanos, hace que, a una semana de las elecciones, se tambalee el mundo, les invito a meditar sobre qué es lo realmente importante para nosotros.
¿Pero es qué no hay un solo país donde las personas empiecen a preocuparse por lo que importa y se centren en lo que se tienen que centrar?.
Me quedo atónita con que la señora Clinton, vea su campaña manchada por unos mails, Trump, un hombre que ya ha demostrado tener pocos escrúpulos, llegue a tener igualdad de voto con la candidata y que la población ponga toda la fuerza en estos vaivenes.
Por no hablar, una vez más, de la política nacional, donde se pone en tela de juicio que los candidatos tengan dos dedos de frente con declaraciones como las que hemos podido ver en la sexta de candidatos políticos arrepintiéndose de lo dicho, ¿pero en qué están pensando nuestros políticos? Y voy más allá ¿cómo podemos hacer para que la situación de nuestros dirigentes cambie?.
Se que pido mucho y que una vez más la reflexión tal vez comience en cada uno de nosotros. Se me ocurre que, deberíamos de recordar la frase bíblica de, “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra” y realizar un balance de valores personales para fijarnos en lo que realmente nos importa de nuestros políticos y en la vida en general.
Tal vez deberíamos de empezar preguntándonos cuales son las características que debe de tener un buen líder para gobernar un país, que hará que salgamos de esta crisis mundial que sigue inerte en todos los ciudadanos, o cómo podríamos hacer para cambiar la gran crisis de valores donde nos hayamos sumidos.
En una sociedad donde los valores que imperan y que se reflejan día a día en la TV y medios de comunicación, son el sexo, la belleza y el dinero, ¿cómo somos tan hipócritas de criticar a las personas que nos dirigen por tener esos mismos valores?
¿En qué nos fijamos en Instagram o Facebook?, ¿qué es lo que realmente nos importa?.
Pido un examen de conciencia de cada uno de nosotros, para hacernos un balance personal y así dejar de ser hipócritas, acusando a los demás, ya que tal vez, si estuviéramos en su lugar, haríamos lo mismo.
Pido un poco de seriedad y de buen hacer a cada ciudadano, no olvidando que, por cada dedo que apunta a otro, a nosotros mismos nos señalan 4 más.
Solicito una pizca de sentido común, ya que, aunque debería de ser el mayor de los sentidos, hacemos poco uso de él.
Comencemos trabajando en nosotros mismos, dejando de escuchar lo que los demás quieren que oigamos o veamos e intentemos hacer uso de este “sentido común”.
Estoy convencida que, desde ahí, el mundo podrá comenzar a cambiar. Depende solo de nosotros mismos poner freno a esta locura que nos lleva a todos en una nube de pólvora. Todo puede comenzar a cambiar hoy, si decidimos cambiar nosotros mismos y dar importancia a lo que realmente la tiene, ¿te atreves a cambiar?.