La primera autoridad de Balears, el presidente, volvió ayer a la UIB con motivo de la apertura del Curso Académico. Francina Armengol estuvo e intervino. El hecho en sí sólo puede enmarcarse en un clima de absoluta normalidad y decencia.
Veremos a través de los Presupuestos Autonómicos cuál será el tono de las relaciones entre el Govern y la Universitat de les Illes Balears. Veremos qué evolución sufrirán las tasas universitarias e iremos conociendo la tendencia de la aportación pública al funcionamiento de la institución académica. Pero sea cual sea esa relación lo que no pueden perderse son las normas, los protocolos y las actitudes.
Hoy vemos en todos los medios que el hecho de que Francina Armengol asistiera ayer a dicho acto se ha convertido en noticia. ¡Qué pena!. La auténtica noticia -y no buena- la hemos tenido que ir contando en los últimos cuatro años. José Ramón Bauzá se enfrascó en algunas decisiones políticas que le llevaron al abismo al que ahora llaman Senado. Escuchándole ayer mismo en Onda Cero Mallorca, contemplábamos al mismo Bauzá de siempre, muy parecido al que fue president de Balears. Un Bauzá que, de ser hoy presidente del Govern, no aparecería tampoco en la foto de la Apertura Académica de la UIB. Este año tampoco. No se hubieran corregido determinados tics.
Sólo cabe esperar que los futuros dirigentes del PP balear tomen buena nota de asuntos como éste. El presidente del Govern, sea del partido que sea, no puede encerrarse en el despacho el día en que la Universidad se viste de largo.
