El rey Felipe VI advirtió durante la inauguración de la Conferencia de Presidentes de Parlamentos de la Unión Europea en el Palacio de la Almudaina de Palma, de la preocupante situación que vive actualmente Europa. “La guerra ha vuelto de nuevo a las puertas de Europa”, declaró el monarca.
El rey une su voz a la ya extensa lista de jefes de Estado y de Gobierno, y otros altos mandatarios que alertan de la posibilidad cierta de que se acabe desatando un conflicto bélico de consecuencias impredecibles en el viejo continente, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.
“Europa supo pasar de una historia de guerras a ser hoy el mayor ejemplo de integración regional con la creación de la Unión Europea. Y hoy, de nuevo, la respuesta europea frente a la guerra de Ucrania ha sido un ejemplo de unidad y de solidaridad”, recordó el rey.
En un momento marcado por la invasión de Ucrania y la inestabilidad geopolítica que origina el conflicto en Oriente Medio, con la crisis humanitaria y de seguridad que ha ocasionado, invita a reflexionar sobre los valores democráticos fundacionales es esencial.
La situación en Ucrania ha sacudido la estabilidad europea y los países limítrofes con Rusia se sienten gravemente amenazados, recordándonos que la paz es frágil. La advertencia del Rey subraya la importancia de reconocer los riesgos y actuar con anticipación. Estar preparados nos permite tomar medidas proactivas para prevenir conflictos y proteger nuestros valores democráticos.
Abordar las crisis de forma conjunta, junto a los socios europeos, fortalece la cohesión y promueve una respuesta única y coordinada ante posibles amenazas.
Vivimos en tiempos turbulentos que requieren vigilancia y preparación. Es crucial que Europa trabaje en conjunto para fortalecer su resiliencia y defender sus valores ante los desafíos emergentes. La preparación no solo es una medida de seguridad, sino también un acto de responsabilidad. No podemos olvidar que, pese a la distancia, la pertenencia a la Alianza Atlántica obligaría a nuestro país a defender a sus aliados ante una agresión bélica, lo cual ya es algo más que una remota posibilidad.
No cabe duda de que la inestabilidad geopolítica supone un riesgo serio para la seguridad de todos y también para el bienestar político y social del país, por lo que hay que prever cualquier escenario que afecte directa o indirectamente al principal motor económico de Baleares, el turismo.
La diplomacia y la cooperación internacional deben prevalecer, pero no podemos cerrar los ojos ante las advertencias que cada día resuenan con más fuerza.