La Policía Local de Palma debe seguir liderando la lucha contra la violencia machista

La decisión inicial del Área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Palma de transferir a la Policía Nacional la responsabilidad exclusiva de tramitar denuncias por violencia de género ha provocado un notable y más que justificado escándalo. En un contexto donde la atención y protección a las víctimas de esta lacra son una prioridad indiscutible, delegar esta función hubiese sido un paso atrás inaceptable. La rectificación del alcalde Jaime Martínez, desautorizando la medida, debe valorarse como un gesto de responsabilidad y compromiso, aunque mejor hubiese sido no tener que corregir una decisión tan desacertada y errónea como incomprensible.

La lucha contra la violencia machista no solo requiere medidas legales, sino también una respuesta institucional ágil y cercana. En este sentido, la Policía Local de Palma ha tenido y tiene un rol indispensable. Este cuerpo no solo es un primer punto de contacto para muchas mujeres, sino que también desarrolla numerosas actuaciones de primera intervención en incidentes de esta naturaleza, garantizando una accesibilidad que en ocasiones supera a la de otras instancias.

La autoexclusión de la Policía Local de este ámbito habría enviado un mensaje muy negativo

La autoexclusión de la Policía Local de este ámbito habría enviado un mensaje muy negativo: que la protección de las víctimas puede supeditarse a cuestiones organizativas o administrativas. Más grave aún, habría creado una brecha entre Palma y el resto de los municipios de Baleares, donde las policías locales continúan asumiendo esta tarea con el rigor que exige la ley y la ética policial.

Desde luego, Palma no puede permitirse el estigma de desentenderse de este drama social y abandonar a las víctimas. La capital de Baleares debe fortalecer su implicación en esta batalla, fortaleciendo la formación, recursos y coordinación entre todas las fuerzas de seguridad para garantizar una atención integral. La rectificación anunciada por el alcalde Jaime Martínez mantiene a la Policía Local en su papel esencial y confirma la voluntad de la administración de no ceder ni un milímetro en la lucha contra esta violencia.

El futuro exige avanzar, no retroceder. Palma y su Policía Local debe reafirmar su compromiso como una ciudad segura y solidaria, donde las víctimas encuentren en cada agente, en cada institución, un aliado incondicional.