JAVIER MATESANZ.- Antes de irme a dormir sería la traducción literal del título original de este inquietante thriller que adapta la novela homónima de S.J. Watson, y que en nuestro país se ha estrenado como No confíes en nadie. Y es que la protagonista, personaje que recae en una Nicole Kidman en horas bajas que empieza a necesitar urgentemente un éxito y algún trabajo de prestigio, ha sufrido un accidente que le afecta a la memoria.
Se trata de una escritora incapaz de generar nuevos recuerdos ni de mantener sus vivencias más de veinticuatro horas. Vive así una extraña existencia, ya que cada día despierta sin recordar nada de su vida. Se cree soltera y no sabe quién es nadie de su entorno, y aunque intenta ayudarse con un diario se le hace imposible saber qué hacer en el día a día. Por muchas decisiones que tome, no tarda en olvidarlas. De modo que solo le queda contar con la ayuda de su misterioso neurólogo y su inquietante marido, del que nunca llega a confiar plenamente.
Ellos son Mark Strong y Colin Firth. Al espectador le resultará imposible no pensar en Memento (Christopher Nolan, 2000) al ver este film, e incluso más de una situación recordará a la muy divertida Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993), aunque aquí no haya lugar para la comedia.
