La reciente experiencia de los aficionados mallorquinistas que viajaron con la naviera GNV para presenciar la final de la Copa del Rey, ha dejado un sabor amargo en la boca de todos. Más que un viaje de alegría y emoción, se convirtió en una pesadilla que expone la falta de consideración y respeto de la empresa italiana hacia sus pasajeros.
Los relatos de los pasajeros son escalofriantes y describen condiciones deplorables a bordo: falta de higiene, escasez de alimentos y bebidas, y un personal poco atento y empático. Esta falta de atención básica hacia los pasajeros es inaceptable y refleja una clara falta de compromiso por parte de GNV con la comodidad y seguridad de quienes confían en sus servicios.
Pero lo denunciado no se queda únicamente en una cuestión de confort, pues además del trato inadecuado, surge una preocupación más grave: la posible violación de normativas de seguridad marítima.
Las autoridades competentes deben investigar de manera exhaustiva las condiciones del traslado, ya que existen indicios de que GNV podría estar comprometiendo la seguridad de los pasajeros al no cumplir con los estándares requeridos, en materia de acomodación, pues un gran número de viajeros no dispuso de la butaca que había sido contratada, por lo que tuvieron que cubrir la travesía sentados en el suelo.
Las imágenes y testimonios recabados, de los cuales ha informado profusamente este digital, exigen que las autoridades actúen con celeridad y diligencia para garantizar que situaciones como esta no vuelvan a repetirse en el futuro.
Se debe imponer un escrutinio riguroso sobre las prácticas de esta naviera y asegurar que cumpla con todas las regulaciones de seguridad para proteger la integridad física y emocional de los pasajeros.
GNV debe rendir cuentas por su comportamiento negligente y la falta de respeto hacia los pasajeros. Este incidente sirve como una llamada de atención para mejorar la supervisión y regulación del transporte marítimo en su conjunto.
La seguridad y el bienestar de los viajeros deben ser siempre la prioridad máxima, y no deben ser vulnerados en ninguna circunstancia.