Me cuentan que este mes empezarán las entrevistas entre la actual promotora del regreso de Unión Mallorquina, o de Unió Balear, con los líderes del PI y algunos de los históricos del PP que han sido desterrados. Los munaristas consideran que es la hora de refundar la propuesta regionalista de centro/derecha/izquierda en las islas. Hay ganas, hay dinero y son muchos los que no han querido continuar en el nuevo PI, después de la purga interna de algunos de sus ideólogos. Los mallorquines somos así. Ja vorem que farem, dicen cuando se les pregunta. Pero nadie oculta que desean que un nuevo líder apareciese de la nada y empezase a reunir bajo su ideario a los engañados con los partidos nacionales de Madrid y los inventos, de Madrid, sin ningún ideario ni filosofía política, como han sido y son el caso de Se Acabó la Fiesta, Unidas Podemos y Sumar. En las islas hace falta un partido que tenga como objetivo la vida de los baleares. En mi caso, de los que residimos en Mallorca. Y para ello hay que plantear un nuevo relato que reúna las esperanzas de los mallorquines. Y eso es muy fácil de decir y muy difícil de hacer. Si analizamos las encuestas de población, todos piensan lo mismo: libertad, igualdad y solidaridad.
El problema no es el pensamiento político, es la gestión del dinero público. Dinero y ayudas para los que son de tu cuerda, por ejemplo los sindicatos CC.OO y UGT que han recibido de Sánchez 32 millones de euros. Y lo agradecen convocando una manifestación contra el PP y VOX, y ninguna contra los salarios de mierda, los contratos basura, las penalidades de los funcionarios en toda España, y sobre todo, los de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Libertad para hacer lo que se quiera, pero mientras que no provoque o moleste al gobernante. Igualdad para cumplir con nuestra Constitución, pero no somos iguales ante la ley. Si eres de un partido, cuando gobierna el contrario, te meten en la cárcel 19 años por un delito de incidencia menor. Cuando los tuyos gobiernan ese delito queda en nada y, si es necesario, se aprueba y se aplica una amnistía y todo arreglado. Solidaridad, con quién. Solo con los gobiernos de la misma cuerda, o del mismo eje filosófico. Pero esos son temas nacionales, no solo de Baleares. Aquí nos preocupa la desigualdad social. Cada vez hay más pobres, más pobres y ricos, más ricos.
El coste de la vivienda, en compra o alquiler. El paro. La mitad de los trabajadores de las islas tienen miedo de perder su trabajo. Y lo principal, el coste de vivir en las islas. Cada vez hay más familias que rozan el umbral de la pobreza y la miseria. Por eso, la gente ya no quiere oír hablar de progresismo. Solo progresan los suyos. Y al resto qué. ¡Qué les den a todos! Por eso aumenta la intención de voto para populistas y demagogos. Por eso, los nacionalistas y regionalistas tienen ahora más poder que los grandes partidos nacionales. Por lo tanto, un partido regionalista debe reivindicar la autonomía política frente al Estado central. La defensa de la identidad del pueblo, de su cultura, de su lengua y de sus costumbres. Debe defender los intereses económicos de los residentes frente a la rapiña permanente del Estado. Hacer país, y no hacer un país distinto al que ya se pertenece. Por eso, respeto a lo nacional desde la defensa de lo regional. Pero volviendo al principio de este artículo de opinión, lo necesario será el líder, o la jefa, que tanto me da.