Cuando leo lo de la “muerte” de la Educación Pública me viene a la mente aquel dicho que tantas veces repetía mi abuela: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”. Pues eso es exactamente lo que le va a pasar a la Educación Pública, que se va a morir de inanición, de falta de consenso, de intereses partidistas, de historias manipuladas, de ausencia de calidad, de fracaso escolar, de planes inadecuados, de reformas que cada vez la han empeorado más y contra las que nadie se ha levantado, ni siquiera los que ahora tanto protestan. Es cierto que hacen falta recursos, pero también lo es que quien quiere estudiar lo hace, que quien quiere aprovechar el tiempo lo aprovecha, que quien tiene interés sale adelante en aulas de 15, 20 ó 30 alumnos, que quien formarse bien se forma. Porque la verdad es quela Educación Pública deja mucho que desear, muchísimo, por culpa de todos: políticos, padres y profesores. Y hasta ahora muy pocos han hecho oír su voz. Y a todos los que se les llena la boca de “muerte de la Educación Pública” y de pérdida de calidad, que se pasen por muchas aulas y que vean de primera mano lo que está pasando y como los profesores han perdido prácticamente toda autoridad, como tienen que soportar situaciones que avergonzarían a cualquiera, ante el silencio cómplice de muchos de los que ahora salen a la calle, y como se pasan curso tras curso aguantando alumnos que no deberían estar en clase, padres que han perdido el norte y políticos que hacen planes que cada vez , culturalmente hablando, nos empobrecen más y más.
