Aunque Manel Carmona y sus más directos colaboradores digan que se marchan para facilitar el relevo, lo que más parece es una deserción en toda regla, un "sálvese el que pueda", una desbandada general. Sus resultados de las elecciones del pasado domingo son calamitosas y se puede afirmar que pese a que su candidato Arturo Parrón hizo todo lo que pudo y que incluso Alberto Garzón estuvo en Mallorca, el electorado ha abandonado definitivamente Esquerra Unida para marcharse con Podemos.
El electorado ha abandonado definitivamente Esquerra Unida para marcharse con Podemos
No deja de causar tristeza recordar al entonces coordinador de la formación cuando a mitad de la legislatura pasada hablaba en tertulias televisivas y radiofónicas de los buenos resultados que para ellos arrojaban las encuestas, gracias a las políticas del Partido Popular. Eso sería, caso de ser cierto, antes de que apareciesen Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, antiguos votantes de IU que no estaban contentos con su discurso y sus políticas.
Esquerra Unida ha sido absorbida por Podemos como UPyD lo ha sido por Ciudadanos. La marcha de Carmona en este contexto está plenamente justificada.
