“La publicidad es …el arte de convencer consumidores”
No lo digo yo, lo dice Luis Bassat en El libro rojo de la publicidad.
La comodidad es la principal baza de la venta a distancia. El consumidor compensa no tener el producto ante sí con el confort de poder adquirirlo sin moverse de casa. Y está claro que la fórmula funciona, porque los canales de televenta son muy rentables, bastante más que disponer de una cadena llamada Intereconomía TV.
Mejor no hacer una lectura sociológica del éxito de estas cadenas comerciales, porque hay que ser conscientes que los productos ofertados son... siendo diplomáticos, un inframundo.
Me resulta gracioso cuando la voz en off asegura que “Este producto sólo lo encontrará en televisión”. Pues claro que sí, porque si algún comercio tradicional pone a la venta estos artículos se expone a que le apedreen el portal por hortera. Puede parecer una hipérbole, mas pondré ejemplos constatables de ello.
La famosa ‘baba de caracol’ supuso un hito sonado años atrás. El anuncio aseguraba que, untando la piel con un poquito de esta singular pócima, desaparecían las marcas y las arrugas. Por el precio de un bote de espumarajo de este gasterópodo se podía cenar en un restaurante unas diez veces de… idem.
Tampoco parece nada barato -aunque se intente dar el mensaje contrario-, un grueso cojín esponjoso que quita el dolor de espalda in secula seculorum. Para ello, nos tenemos que sentar sobre él estemos donde estemos: en casa, en el trabajo, en el coche, en el camión, en la playa, en misa… y más vale llevarlo a todos sitios si queremos amortizar los 50 euros que cuesta.
Y siguiendo con el apartado ‘colchones’, también se ha puesto a la venta el supermegaguay ‘Cojín molón’, una almohada que en su interior se encienden luces de colores flúor para que los niños no lloren por miedo a la oscuridad. Vale, ya no tendremos que soportar el llanto de los churumbeles, pero nos crecerán medio epilépticos.
Últimamente se está viendo bastante en pantalla la ‘Manguera Pocket’. Se trata de una manga muuuuuy larga -”la mejor manguera de todos los tiempos”- que cuando encoge y se enrolla ocupa menos de 20 centímetros. Sólo falta que lleve serigrafiado ‘Recuerdo de Constantinopla’.
Aunque si un producto ha merecido grandes parodias en la red es el de la ‘batamanta’, un enorme batín unisex de ropa algodón y lana que más que estar en casa en modo relax, parece que la modelo ha salido de la cueva de los fantasmas. Ni los coristas de gospel van tan holgados.
En conjunto, se trata siempre de unos publirreportajes larguísimos donde se repiten las mismas aseveraciones cientos de veces, y en los que se escucha siempre que el objeto está a la venta por “el increíble precio que aparece en pantalla”. Es decir, se pone voz a un spot marco y así sólo se tiene que cambiar el grafismo si el precio varía. ¡Eso sí que es optimización de gastos al máximo!
Es habitual que se metan ganchos absurdos como anunciar que hay una oferta especial ‘2x1’ y ‘accesorios de regalo’ para las 100 primeras llamadas. Los tildo de “absurdos” porque con la frecuencia con que se pasan los espots siempre se está dentro de estas “100 primeras llamadas”. Es obvio.
Corolario: Existe un espacio comercial aún más surrealista que los canales de televenta: los vuelos de Ryanair.