En la sentencia de los ERE se ha condenado por corrupción, de una sola tacada, a 2 expresidentes de la Junta de Andalucía. No han sido los únicos. Les han acompañado otros 17 altos cargos de gobiernos del PSOE. Entre los 19 condenados se encuentra un expresidente del PSOE nacional y tres exministros del gobierno de España; han ocupado las carteras de Hacienda, de Sanidad y de Trabajo.
Si hacemos caso a las afirmaciones del actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha firmado un acuerdo de gobierno con un partido que le quita el sueño a él y al 95% de los españoles. Con esta sentencia, es muy probable que se queden sin dormir, por lo menos, el 5% restante. De no mediar una rectificación, entre Pedro y Pablo van a dejar un país de insomnes, un país que no descansa, que no duerme, que se arrastra, que no se recupera.
Si pasamos del quien - miembros de los distintos gobiernos socialistas andaluces-, al cuanto, observamos que de los casi 700 millones de euros malversados, solo en esta causa, tal como se establece en la sentencia de la Audiencia de Sevilla, una parte considerable, acabaron en manos de familiares, amigos y parientes de cargos del PSOE. Al parecer, algunas partidas, desde estas impolutas manos, llegaron a paraísos fiscales. Los datos son abrumadores. Hacen pensar en una corrupción sistémica. Curiosa y probablemente no debida al azar. Afecta a la forma de gobierno de una región europea con algunos de los peores indicadores económicos de la UE. A una comunidad que lidera la tasa de paro juvenil más alta de toda Europa. A una región que no sale bien parada en la evaluación educativa. Algo tendrá que ver en estos resultados el modelo de gobierno que ha imperado durante 37 años.
Atendiendo a la sentencia, parafraseando a la exministra socialista Leyre Pajín, pupila del observador de nubes, estamos ante un acontecimiento planetario. En realidad, lo define con precisión la lideresa de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, cuando afirma, en una entrevista realizada en el Mundo, el mes de agosto del año pasado, que la “red clientelar del PSOE se parece mucho a la mafia”. De hecho, si el magistrado ponente compartiera los vicios procesales del juez de la Audiencia Nacional, el independiente Jose Ricardo de Prada, le hubiera dado por introducir, en el texto de la sentencia, subliminalmente, una monumental “morcilla” apuntando al PSOE. O lo que es lo mismo, un recurso para dinamitar el frágil acuerdo entre Pedro y Pablo. Un empujoncito, hasta dejar titiritando de frío los escuálidos contenidos acordados entre Adriana e Irene.
La sentencia de los EREs, nos acerca a la madre de todas las corrupciones, con permiso de los casos en fase de instrucción, como el de los cursos de formación y el de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo -Faffe-, la de los 8.844 contratos irregulares y la ruta del vicio.
Buen finde y abríguense. Se acercan grandes tormentas.
