Este jueves empieza la campaña electoral más reñida y decisiva de los últimos veinte años. Por más que algunos partidos lo quieran simplificar con banderas rojigualdas y patrioterismo rancio lo cierto es que nos jugamos mucho más.
Nos estamos jugando la democracia y la libertad. Nos estamos jugando los derechos y el bienestar. Nos jugamos el futuro y el medio ambiente. Nos jugamos avanzar o volver al pasado más oscuro. Nos jugamos todo a una carta y como en todo juego se puede ganar o perder. En este juego injusto tanto si ganamos como si perdemos la banca siempre gana, los poderosos seguirán siéndolo pero si perdemos los que más lo sufrirán serán las mujeres, los pobres o las minorías sexuales.
Nos querrán engatusar disfrazando de liberalismo y progreso lo que en realidad es un retroceso en derechos y bienestar. Nos querrán vender humo y lo llamarán futuro. Nos querrán amedrentar con la idea de que la izquierda quiere romper España. Lo simplificarán todo hasta límites casi infantiles. Todos los que disientan serán considerados como golpistas, separatistas malvados o supremacistas varios sin ellos tener ni pajolera idea de lo que es el supremacismo pero en cambio si que saben bien lo que es un golpe de estado, ya lo dieron en 1936 y lo volvieron a intentar el 23-F
Sembrarán el odio contra las diferentes lenguas del estado. Les dará igual mentir, difamar o manipular a cambio de unos cuantos likes y difusión máxima en redes sociales. Tienen un ejército de trolls y bots dispuestos a hacerles el trabajo sucio mientras sus líderes salen indemnes de la batalla. En nombre de una idea trasnochada de España serán capaces de todo aunque para ello dejen el país peor y más roto que nunca. Beben de las fuentes de Trump, Bolsonaro o Salvini. Quieren llegar al poder cueste lo que cueste y harán lo que haga falta para derrotar a los que consideran sus enemigos.
La derecha se ha bifurcado en tres derechas distintas para acabar volviéndose a unir en una sóla (si no lo remediamos) en las urnas el próximo 28 de abril. No valen excusas para no ir a votar. Mañana empieza la campaña. De cómo acabe lo decidiremos yendo a votar en masa.