La Lonja ha acogido este viernes el acto de toma de posesión de la popular Marga Prohens como nueva presidenta del Govern. El evento ha reunido a los principales representantes de la clase política y de la sociedad civil isleña.
Una de las frases que políticos y periodistas solemos repetir con mayor frecuencia es la de que las elecciones son "la fiesta de la democracia". De ser cierta esa célebre máxima, bien podría decirse que, por una cosa o por otra, los españoles casi siempre estamos de fiesta, pues cuando no votamos en unos comicios autonómicos lo hacemos en unas elecciones generales. O viceversa.
Particularmente, es una frase hecha que a mí no me desagrada, pero también es verdad que le veo dos problemas. El primero es que cuando los españoles vamos a votar, normalmente no se nos suele ver muy contentos. Y el segundo problema es que, en sentido estricto, yo creo que las verdaderas fiestas de la democracia serían, más bien, las conmemoraciones institucionales, los aniversarios más señalados o las tomas de posesión, como por ejemplo la que ha tenido lugar esta tarde en La Lonja.
El ambiente no podía ser hoy más festivo allí y recordaba, en cierto modo, al que precede a la celebración de cualquier gran evento social. Sólo faltaban el photocall en la entrada y la alfombra roja —con perdón— en algún lateral exterior del edificio. La expectación previa al inicio del acto era, de hecho, muy parecida a la de una boda de alta alcurnia.
Poco antes de las siete y media, en el interior de La Lonja se encontraban ya los 700 invitados previstos, debidamente acomodados, a la espera de la llegada de Marga Prohens. Instantes después, han empezado a sonar unos aplausos cada vez más fuertes, que se han ido intensificando hasta que, finalmente, hemos visto aparecer a Prohens por el pasillo central, vestida completamente de blanco.
Llegados a este punto concreto de la contracrónica, debería de empezar a enumerar, quizás, a todas las personalidades políticas, empresariales, sociales, culturales, militares y eclesiásticas que han estado presentes en el acto, pero quizás sea más descansado para ustedes —y también para mí— confirmarles simplemente que han asistido a la toma de posesión todas las personas que estaban ya previstas en su momento.
Bueno, todas exactamente no, pues no había ninguna ministra ni ningún ministro del Ejecutivo de Pedro Sánchez ni tampoco pudo desplazarse hasta Palma Alberto Núñez Feijóo. En su lugar, han asistido la directora general de Cooperación Autonómica, Alejandra del Río Novo, y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que empieza a ser ya casi una mallorquina más, por sus asiduos viajes a la isla.
Como era de esperar, todos los invitados competían este viernes en elegancia, distinción y saber estar, un hecho que hoy cabe subrayar especialmente, pues la temperatura en el interior de La Lonja debía de superar fácilmente los treinta grados. Por ese motivo, en apenas unos minutos hemos visto cómo se desplegaban decenas de abanicos y también algún pai-pai a lo largo de toda la sala, incluido el abanico arcoiris que portaba la delegada del Gobierno, Aina Calvo.
A su lado se encontraba el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, quien, posiblemente, en una sola semana ha visto más símbolos LGTBI de cerca, en vivo y en directo, de lo que quizás esperaba cuando asumió este cargo. No sabemos si ha sido precisamente de esta cuestión de la que ha hablado, muy tranquila y amigablemente, con su compañera de asiento.
El acto en La Lonja ha empezado a las siete y media en punto, con una breve actuación musical por parte del cuarteto de cuerda de la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares. Seguidamente, Prohens ha tomado posesión de su nuevo cargo como presidenta del Govern y ha dirigido unas palabras a todos los presentes, mayoritariamente en catalán. Al igual que había afirmado ya en las tres jornadas de la sesión de investidura, Prohens ha reiterado que será una presidenta "de todos y para todos", que garantizará "los derechos y las libertades de todos".
Los momentos de mayor emotividad de su discurso han sido, sin duda, los referidos a su familia, para cuyos integrantes ha tenido palabras de sentida gratitud. "En la meva feina també estarà que pugueu sentir-vos orgullosos", ha afirmado visiblemente emocionada. "I abans que res, som mare d'en Miquel Àngel i de na Blanca. Per a ells també anirà la meva feina", ha recalcado Prohens instantes después.
Tras su alocución, el acto ha concluido con la actuación del excelente cantautor Jaume Anglada, que ha interpretado dos temas, Cridaré el teu nom e Illes dins un riu. Este último tema, que había sido popularizado por el gran Tomeu Penya años atrás, ha sido tatareado y acompañado con coros por gran parte de los asistentes, incluida Prohens y el futuro presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, que parecía conocer íntegramente la música y la letra.
Con esas buenas vibraciones en el ambiente ha finalizado el acto de toma de posesión, pero no la fiesta, que ha culminado a continuación con un pequeño refrigerio en los jardines del Consolat de Mar. El lugar y el momento no podían ser más oportunos, pues no pocos invitados se encontraban en esos instantes casi al borde de la deshidratación.
Algunos de los políticos presentes en el cóctel han aprovechado la ocasión para dar pequeños mítines en los corrillos que se han ido conformando posteriormente, con la intención de intentar ganar quizás algún voto para el 23-J, aunque los destinatarios de esas mini arengas improvisadas no parecían estar, en principio, muy por la labor de seguir hablando y debatiendo de política.
Mientras tanto, Prohens hablaba con algunos de sus futuros consellers, que lo serán ya a partir del lunes, y de los consellers de Francina Armengol, que seguirán en funciones durante este sábado y este domingo. Así que al igual que Armengol, Prohens será también, y no es broma, presidenta del Pacte, aunque para tranquilidad y alivio del PSOE, de Més per Mallorca y de Unidas Podemos —y sobre todo de Vox—, sólo lo será durante 48 horas.
A escasos metros del Consolat de Mar, cientos de turistas y de residentes paseaban o tomaban algo en alguno de los restaurantes y bares de la zona. Uno de esos turistas, al ver mi acreditación como periodista, me ha preguntado si estábamos celebrando una fiesta. Y yo le he contestado que sí, claro. "Ya sabe usted que aquí, por una cosa o por otra, los españoles casi siempre estamos de fiesta", le he dicho con una sonrisa. Y él también me ha sonreído afectuosamente mientras yo abandonaba ya el lugar.
"Nunca escribas de un lugar hasta que no estés lejos de él", escribió el maestro Ernest Hemingway en París era una fiesta. Ha sido ese precioso título el que ha inspirado mi contracrónica de hoy, que he empezado a escribir cuando me encontraba ya en casa. Como el París de mi admirado Hemingway cuando él era joven, La Lonja ha sido también hoy, para todos, una fiesta.