La 'Ley Barceló', un desaguisado nunca visto

El vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, 'Biel Barceló', en un ejercicio de sinceridad que hay que valorar, ha pedido públicas disculpas por la situación generada tras la aprobación el martes pasado de la ley que regula el alquiler turístico, ya conocida como Ley Barceló en honor a su impulsor. Reconoce así que se ha generado una situación de inseguridad jurídica brutal con la legislación aprobada y se compromete a no tomarse vacaciones hasta que el problema esté arreglado, para lo cual se buscará la solución “más rápida, sencilla y fácil de hacer”. Sin embargo, la situación provocada no es ni fácil ni rápida ni sencilla de corregir. Requiere de una modificación legal en toda regla, con el trámite parlamentario correspondiente que, aunque fuera por la vía de urgencia y teniendo en cuenta el periodo estival en el que estamos, no será breve ni convenciendo a Podem para que desande sus propios pasos, cosa que está por ver que suceda.

Ante el desaguisado, el presidente del PP de Balears, Biel Company, ha pedido la dimisión de Biel Barceló “por su incapacidad e incompetencia”. Lo cierto es que resulta incomprensible que un veterano político como el líder de Més per Mallorca ignorase los avisos que en los días anteriores al pleno del martes, le lanzaban desde Podem incluso en forma de ultimátum. La ortodoxia parlamentaria -y el sentido común- dictan que si no se tienen asegurados los apoyos para aprobar una Ley, el Ejecutivo debe posponer su votación e incluso retirarla si es preciso, pues mejor es eso que alumbrar una Ley que las formaciones impulsoras no quieren o con retoques de última hora que desnaturalizan el texto inicial. Barceló lo sabe perfectamente y no se comprende cómo ha podido caer en este error de bulto.

La chapuza ha presidido la tramitación parlamentaria de la Ley y pone en evidencia una disfunción más que evidente y también unas divergencias entre los firmantes de los ‘Acords pel canvi’ más que preocupantes. Se diría que Podem ha querido reventar muy a propósito la Ley estrella del conseller Barceló, a quien hace pocas semanas pidieron la dimisión por el caso de los contratos a su jefe de campaña, Jaume Garau.

Y mientras tanto, el PSIB, que ahora celebra su congreso para reelegir a Francina Armengol como secretaria general, aunque incómodo por la situación que se escenifica de cara a los votantes, logra que la imagen de sus socios de Més y Podem sea la que más sufra, pues a fin de cuentas son los que han causado el problema. Pero habrá que ver cómo afecta todo lo que está sucediendo estos días a la estabilidad del Govern.

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