Se vislumbra cierta reacción institucional a un hecho que llevamos padeciendo desde hace décadas: la confusión del nombre de la capital con el nombre de la isla. Somos muchos los mallorquines que a través de las redes sociales hemos lamentado públicamente nuestro pesar por este perenne error, sin embargo, de nada nos ha servido.
Ayer celebrábamos que Miquel Ensenyat, presidente del Consell de Mallorca, se quejara públicamente ante una situación que provoca inconvenientes tanto a potenciales visitantes como incomodidad a los propios residentes. Aún así, no leímos que el president vaya a tomar cartas en el asunto. Conociéndolo, sospecho que alguna misiva de queja sí que hará llegar.
Explicaba este fin de semana mallorcadiario.com, que los corresponsales en Baleares de las televisiones estatales están hartos de explicar a sus compañeros peninsulares que el nombre de la isla no es Palma de Mallorca, pero que se sienten impotentes al ver que su reclamo no sirve para nada.
Personalmente, he vivido la situación de explicar a una madrileña que Palma de Mallorca es el nombre de la capital pero no el nombre de la isla ni mucho menos el de la provincia como pretendía la susodicha, y, observar ojiplática, como ella me contradecía vehementemente insinuando que yo no sabía de lo que hablaba.
Uno al final concluye que media mucha carencia de amor propio entre los periodistas que no se preocupan de conocer geografía, y se quedan tan panchos al decir que Pollença está en Palma de Mallorca.
Aunque, bien mirado, no sólo debemos de apuntar hacia los pseudoperiodistas -porque un reportero que no tiene rigor en estas cosas no merece el calificativo de periodista. Aún nos acordamos de las palabras de Mariano Rajoy celebrando estar en la isla de Palma de Mallorca, y de Pedro Sánchez refiriéndose a los “formenterenses, ibicencos, menorquines y palmesanos”. Que el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición confundan también el nombre de la isla es para echarse a llorar un buen rato. Desconocemos si sus compañeros de partido en nuestra comunidad les hicieron ver el error o callaron como fieles siervos.