El brusco descenso de temperaturas en el inicio del fin de semana propició que Mallorca pasara de un inicio soleado de primavera a una sensación totalmente invernal al amanecer nevado el Puig Major a partir de los 1.300 metros con un manto blanco que en la madrugada del sábado hizo pensar que había cambio de estación.
No obstante el perfil cambiante de temperaturas en la isla se ha vuelto a dejar notar cuando el domingo ha ofrecido una estampa totalmente diferente, la de gente en la playa de Ca'n Pere Antoni este mediodía y con temperaturas que superan lo primaveral para acercarse al verano.