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La 'ingenuidad' del Govern en sus exigencias a los hoteleros

martes 04 de septiembre de 2018, 22:00h

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El Govern ha empezado a enviar a los hoteles los expositores y las tarjetas de la campaña “Benvinguts!” con la que pretende dar a conocer la lengua catalana a los turistas que visitan Baleares. La iniciativa supone la distribución de cuatro millones de tarjetones en varios idiomas para que los turistas aprendan palabras y expresiones de uso común en catalán. El envío a los establecimientos hoteleros incluye una carta firmada por las conselleras de Turismo y Cultura, Bel Busquets y Fanny Tur, quienes reclaman la colaboración de los hoteleros para el buen desarrollo de la campaña y el logro de sus objetivos.

Sorprende este intento del Govern para conseguir la complicidad de un sector que no ha sido especialmente mimado por la administración autonómica. La imposición de la ecotasa sin estudios previos y su incremento en temporada alta, cuando se llegan a pagar hasta 4 euros diarios por turista, han marcado una relación en la que la voz de los hoteleros apelando a la competitividad de la principal industria del país no ha sido tenida en cuenta.

En su misiva, las conselleras piden a los hoteleros que coloquen los expositores "en un lugar visible de vuestro establecimiento, como el mostrador de recepción o de atención” y que vayan reponiendo las tarjetas “a medida que vuestros clientes o usuarios las vayan cogiendo”. Dudosos entre si son objeto de una burla o víctimas de la ingenuidad del Govern, no son pocos los que han optado por desprenderse automáticamente de los materiales recibidos o arrinconarlos en lugares de poco paso.

No sobra que los turistas puedan conocer la singularidad balear: que puedan exprearse en las lenguas que aquí se hablan, que lleguen a saber algo del arte, la historia, la geografía o la gastronomía local. Puede, incluso, resultar atractivo para un segmento de turistas más motivados por experiencias culturales, aunque es improbable que tal interés alcance a la mayoría de los que eligen Baleares como destino. No parece un gasto enfocado a resultados y recuerda más a la retahila de proyectos que hacen cola para ser financiados por los millones de la ecotasa, tengan o no que ver con el medio ambiente.

En todo caso, iniciativas de este tipo deberían acompañarse de una mayor empatía y colaboración con quienes conforman el eje de la industria turística y que no se sienten suficientemente apoyados y protegidos por los actuales gobernantes.