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La infanta Cristina quiere el olvido

Por Joan Miquel Perpinyà
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jmperpinyamallorcadiariocom/10/10/25
martes 14 de marzo de 2017, 07:00h

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Los abogados de la infanta Cristina sopesan la posibilidad de recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo con la esperanza de que el Alto Tribunal acabe sentenciando que ella no debió sentarse nunca en el banquillo de los acusados, que sería algo así como decir que los 7 magistrados que en un momento u otro del procedimiento, acordaron que debía hacerlo, estaban equivocados, lo cual se antoja un tanto pretencioso y peregrino.

La infanta, además, quiere que se prohiban sus fotos sentada en el juicio, como si tal cosa nunca hubiera sucedido, cuando lo normal sería que ella alardease de haber sido la primera infanta de España y familiar directa del Rey en hacerlo, para que quede claro que no hay privilegios ante la Justicia. Pero claro, persevera en su creencia de que la Justicia jamás debió atreverse a tanto y se presenta ante los españoles como una esposa injustamente tratada, por más que ha sido absuelta por el tribunal sentenciador al que ahora quiere enmendar por haberla juzgado.

Alguien debe haberle hecho creer que está en condiciones de ganar por goleada, cuando pese a su costumbre eso no es así y deberá conformarse con haber salido indemne del trance, al menos en lo penal, porque está claro que la condena social ahí está y esa no se la quita nadie. Ella quiere que la gente olvide que un día fue juzgada y absuelta de los delitos por los que fue acusada por la acusación popular ejercida por Manos Limpias, pero tal cosa es imposible como bien apunta el juez José Castro, últimamente casi tan locuaz como el fiscal Pedro Horrach, lo que ya es decir.

Vivimos en el Siglo XXI y pretender que parezca que algo no ha sucedido, cuando sí lo ha hecho, es absurdo. A fin de cuentas, Cristina ha sido condenada como partícipe a título lucrativo porque se benefició de los delitos cometidos por su esposo, este sí condenado. ¿O también pretende que se olvide eso? El comportamiento del matrimonio Urdangarin-Borbón está lejos de ser ejemplar, como de ellos se esperaba. De ahí que sus pretensiones ahora resulten absolutamente increíbles por impropias de alguien que aún hoy mantiene intactos sus derechos sucesorios a la Corona de España, cosa que sí es alucinante y dice muy poco de su responsabilidad para con la institución monárquica que representa en primera persona su hermano el rey Felipe y antes su padre, el rey Juan Carlos.

Doña Cristina no es la primera persona que se sienta en el banquillo sin que la acuse la Fiscalía. Sé de lo que hablo. Y si lo que pretende es que acabemos pagándole todos los ciudadanos los gastos en que ha tenido que incurrir para su defensa legal, recordemos que Manos Limpias fue condenada a pagar las costas por el ejercicio de su acusación contra ella y, además, algunos sospechamos que de todos modos ya lo estábamos pagando. Así pues, la que tiene que olvidar es ella y dejar de remover la mierda, porque como es sabido, cuanto más se remueve más huele.

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