La historia de Mirian y su perro de asistencia Angel, relatada por mallorcadiario.com, es una historia conmovedora y triste, a partes iguales. El cuadro clínico de Mirian, quien sufre trastorno por conversión y acrofobia, la convierten en una persona vulnerable, por lo que requiere de ayudas rápidas y eficientes por parte de los servicios sociales y de salud. Con un Grado II de Dependencia y un 65 por ciento de discapacidad, necesita cuidados específicos en su día a día. Sus patologías le impiden vivir con normalidad y tranquilidad en pisos elevados por el intenso e irracional miedo que siente a las alturas.
Sin embargo, pese a haberlo solicitado, las instituciones todavía no han proporcionado una solución que se ajuste a la vulnerable situación que padece, lo que empeora su calidad de vida y añade aún más si cabe sufrimiento a su día a día. Las VPO, diseñadas para ayudar a personas en situaciones vulnerables, no se asignan adecuadamente cuando el sistema no valora las necesidades específicas de cada solicitante, como es, en este caso, el requisito de vivir en una planta baja o en un primer piso, a lo sumo.
Mirian necesita un hogar accesible, el apoyo del sistema de salud y de apoyo a la dependencia, que debería ofrecerle una atención integral
Mirian necesita un hogar accesible, el apoyo del sistema de salud y de apoyo a la dependencia, que debería ofrecerle una atención integral para gestionar su acrofobia y sus limitaciones físicas. La falta de coordinación entre los servicios de salud y los sociales crea un vacío que deja a personas como ella atrapadas en una red de burocracia e indiferencia.
En este contexto, la solidaridad y el papel de los perros de asistencia, como Angel, se vuelven fundamentales. Ángel no es solo una mascota; es un apoyo terapéutico crucial para Mirian, ayudándola no solo a convivir con su acrofobia, sino también a sobrellevar las barreras que el sistema no ha resuelto. Los perros de asistencia, como guías, facilitadores terapéuticos y compañeros, son esenciales para muchas personas con discapacidades o condiciones de salud mental, cubriendo vacíos donde el sistema de salud y servicios sociales fallan.
Sin embargo, la carga de estos cuidados no debería recaer solo en un animal o en la solidaridad de vecinos. El sistema de salud debe asumir un papel más activo, proporcionando no solo tratamientos médicos, sino también soluciones prácticas y coordinadas con los servicios sociales. La historia de Mirian y Paco nos recuerda que, como sociedad, debemos exigir que el sistema funcione para todos. La compasión de los ciudadanos y la ayuda de perros de asistencia son vitales, pero es el sistema de salud y social el que debe garantizar que estas personas no luchen solas para superar las dificultades de su vida.