La cada vez más extendida Inteligencia Artificial (IA) genera sorpresas y alegrías respecto a sus posibles usos. Pero también el temor de que pueda destruir empleos que pasarían a ser realizados por máquinas. Para Enrique Dans, es un temor infundado porque esta tecnología te puede hacer más productivo y, por tanto, más atractivo para las empresas.
Enrique Dans lleva años estudiando el impacto de la tecnología en todas las áreas de nuestra vida. Hace ya tiempo que se ocupa de aspectos diversos de la Inteligencia Artificial, a la que él prefiere llamar machine learning, ya que, como señala en su blog, “no es inteligente (hace correlaciones estadísticas sofisticadas, que no es poco) ni mucho menos artificial (no hay nada más natural que los datos con los que trabaja, generados por todos nosotros)”.
“La IA no es una persona y no es un profesional, así que no te va a quitar el trabajo. Quien lo hará es un profesional que sepa usarla”, asegura Dans en una conversación con mallorcadiario.com, en la que asegura que un profesional que la emplea “se vuelve más productivo y mejora su calidad”.
Este experto en Innovación, cuyo blog –que leen unas 18.000 personas a diario en sus versiones en castellano e inglés– cumplió recientemente 20 años, explicas que “Harvard realizó un estudio reciente entre 700 consultores del Boston Consulting Group. A la mitad de ellos les indicó que usaran Chat GPT y a la mitad les dijo que siguiera como hasta entonces. El resultado es que los que la usaban se volvieron más productivos”.
Y ese es el quid de la cuestión para Enrique Dans. “Es como tener un asistente que hace por ti las tareas más pesadas y encima las hace más rápido”, señala este experto en tecnología, quien recuerda que “ya les pasó algo similar a los contables. Cuando empezaron las hojas de cálculo pensaban que perderían el trabajo, pero no fue así”.
Por ello, Enrique Dans considera que “no hay que protegerse de las herramientas, hay que aprender a usarlas”. En ese sentido, indica que el Reglamento que prepara la UE sobre IA “debe hacerse no solo pensando en los peligros, sino también en las oportunidades que presenta”. “El problema es que la están haciendo políticos que suelen tener poca idea de tecnología y basándose en la alarma social que tienen personas que tampoco saben de ella”, apunta Dans.
De hecho, este experto advierte de que “si Europa se convierte en un sitio que se sobreprotege frente a la tecnología y restringe su uso, perderá competitividad frente a China o Estados Unidos, cuya aproximación a ella es ‘la usamos y luego ya veremos qué pasa’. En este campo no se puede tener una visión estática porque la tecnología siempre se está moviendo”.
Por el contrario, Enrique Dans subraya que “el problema no es regular y controlar la IA, sino a la gente que monta modelos de negocio sobre la IA, y ver si tienen sentido o no”. Pone de ejemplo la idea de Meta de crear avatares artificiales de personajes famosos como la cantante Taylor Swift. “Sus fans tendrán la sensación de que hablan con ella y ella podrá incluso venderles productos. Eso generará dinero pero, ¿debería ser autorizado? Porque es una fuente de posible manipulación dado que es difícil diferenciarla de la realidad. Es muy posible que alguien, por pura lógica, dijera que no tiene sentido”.
Apuesta también por tomar nota de los errores cometidos en el pasado con, por ejemplo, las redes sociales. “Al principio se asumió que tenían que ser gratuitas y ese modelo llevó a que las empresas propietarias, dado que no te van a cobrar, te usan a ti como materia prima que venden a sus anunciantes, no como un cliente”.
“Para tener más valor ante sus anunciantes necesitan tener más información sobre ti, de lo que te gusta, de lo que te hace reaccionar, dar un me gusta o cabrearte, porque cuanta más información tienen de ti, más fácil es venderte algo. Es un modelo predatorio e indecente”, afirma.
“Antes, la publicidad solo podía saber de ti a qué hora veías la tele, o si por ejemplo veías deportes o no. Pero en algún momento, como sociedad, dijimos que estábamos de acuerdo en que espiaran lo que hacemos. Es como tener a alguien mirando todo el rato lo que dices. Ese modelo de negocio es absurdo y está empezando a ser prohibido en Europa por muchas razones. Es un modelo que ha permitido desde manipulaciones electorales a genocidios. Por eso, no es que no hayamos regulado bien las redes sociales, es que se han montado sobre ellas modelos de negocio que no son aceptables”.