El viernes pasado el conseller de Presidencia, en funciones de director de IB3, envió las cartas de despido a un largo listado de directivos del ente que agrupa a la televisión y la radio públicas de Baleares. En esa lista están quienes han sido calificados como cargos de confianza política del director, lo que entenderíamos como los que tienen ideología, los que son de 'su cuerda'. Me interesa comentar dos aspectos de estos despidos. En primer lugar, conozco a varios de los destituidos y aseguro que al menos algunos de ellos no son personas políticamente significadas, parciales o sectarias. Ignoro por qué extrañas circunstancias figuran como políticos, cuando son personas incuestionablemente profesionales. Es posible que entre los despedidos haya quien tenga un carácter demasiado cercano a algún partido político, pero también los hay entre los no despedidos y ahí seguirán. El segundo asunto que quiero valorar es el hecho de que IB3 incluya a tantas personas, hasta quince, en esa categoría de personal de confianza política. ¿Por qué el director comercial, la redactora de la página web o la subdirectora de marketing tienen que cambiar con el gestor? ¿Alguien me puede explicar qué tiene de política la dirección comercial? ¿O es que los anuncios se venden de una forma si se es de derechas y de otra si se es de izquierdas, cuando en realidad, nadie vende nada? Los maravillosos Episodios Nacionales de Pérez Galdós narran cómo con la salida de un ministro del Gobierno tenían que irse hasta los ujieres, porque en aquella España no sabíamos qué era la profesionalidad y enchufábamos hasta al ordenanza, literalmente. Han pasado más de 150 años y en Baleares el subdirector de marketing de la radio autonómica (¿esa radio sin oyentes necesita un subdirector de marketing?) se ha de ir cuando se va el gestor nombrado por la izquierda, para que otro subdirector le reemplace. ¿No sentimos vergüenza de lo poco que hemos avanzado en 150 años? Para colmo, con algunas excepciones muy honrosas que jamás deberían estar metidas en este saco, esa capa política no está conformada por personas con ideas estratégicas, con una visión global propia de su partido, sino que sólo acceden a estos cargos por su inconmensurable servilismo. En realidad Galdós ya nos lo había contado todo.