Cualquiera que pase estos días por el centro de Palma observará el ingente ir y venir de personas, muchos de ellos residentes, pero la inmensa mayoría visitantes. Durante estos días del Puente de la Inmaculada, comercios, restaurantes y hoteles celebran el inicio del ciclo de fiestas navideñas con una actividad inusual hasta ahora. Sólo este viernes han pasado por los aeropuertos de Balears algo más de 44.000 viajeros, de los que casi 34.000 han sido pasajeros del aeropuerto de Palma. Durante los cinco días del puente habrán utilizado los aeropuertos de Balears más de 310.000 pasajeros.
La actividad turística en la comunidad está alcanzando números hasta ahora desconocidos en estas fechas del año. La ocupación hotelera alcanzará estas fechas del puente el 53 por ciento de la planta hotelera de Balears, lo que significa 10 puntos porcentuales más que el año pasado, según la Encuesta de Ocupación Turística realizada por Turespaña. Se trata, además, del tipo de turismo que se ha perseguido durante años: el que llena los hoteles boutique, gasta en compras, busca experiencias culturales y disfruta de la gastronomía.
Es el fruto de las inversiones privadas para mejorar los establecimientos hoteleros y del esfuerzo de la administración en promocionar un tipo de turismo de mayor calidad y que permita al sector alargar la temporada. Son los esfuerzos por desestacionalizar que en los ultimos años han centrado la actividad de los máximos responsables de la Conselleria de Turisme, entre los que sobresalieron Pere Muñoz y Pilar Carbonell. Su herencia es el éxito que disfruta ahora un sector clave para el progreso de nuestra economía y constituye nuestra principal, si no única, forma de creación de riqueza y bienestar.
