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La gomina del Sr. alcalde

Por Juan Antonio Tormo
lunes 22 de febrero de 2016, 04:00h

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Que uno tenga que estar aseado y presentable en su trabajo, es poco mas que una obviedad, así ya nos lo decían de pequeños nuestros padres. La salvedad es que veníamos aseados y presentables de casa al trabajo. Conozco a muchos compañeros, yo mismo, que al cruzar el mediodía notamos florecer nuestra consistente barba, por lo que si es necesario, más de una vez nos hemos tenido que dar un repasito con la maquina de afeitar, lo que nunca se me había ocurrido es pasar los gastos de la espuma de afeitar, hojas de afeitar y el after shave a mi empresa, básicamente porque se lo que hubiera pasado, cómo minimo una bronca del diez.

Cuando se llega a la política, de una profesión liberal como abogado, combinada en este caso por el Sr. Pedro Santisteve, con la de profesor, uno está en las antípodas de lo que signífica entrar en una empresa o colectivo, en este caso como el de un Ayuntamiento. Uno no puede hacer lo que le viene en gana, hay normas que por cierto, se hacen cumplir a rajatabla a todos los funcionarios, y gastos a “justificar” a los que como mínimo se les tiene que tener un poco de decoro. Recomiendo a los nuevos políticos que para no hacer estas pifias, se lean cuando menos las normas internas de los funcionarios, eso si no se consideran superiores, aún no habiendo tenido que estudiar ni presentarse a unas oposiciones para ocupar el cargo.

Lo podemos dejar en una anécdota pero como decía mi abuelita, “por algo se empieza”. No se trata del dinero, 15 euros, sino de saber donde está uno. Porque si aplicamos la lógica de la contestación que ha dado “es que me paso catorce horas en el Ayuntamiento” todo lo que le pase en ese largo turno, incluidos el gasto de los trajes (acuérdense de ciertos trajes valencianos) los gastados zapatos de hacer pasillos, la tintorería, los cortes de pelo, y un largo etcetera, se podrán ir cargando a las arcas públicas sin ningún problema.

De todas maneras, miremos el lado bueno, al igual la nueva izquierda, que empieza a ponerse gomina, acaba poniéndose un traje cuando visite al Jefe del Estado, o cuando vaya a representarnos a Bruselas.

De momento como diría la adorable alcaldesa de Madrid, “es sólo un error, cualquiera tiene derecho a equivocarse” , si Señora Alcaldesa, pero no a reirse de todos nosotros.

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