A mí me parece que el éxito de The Artist, la película muda que anoche arrolló en los premios Oscar de Hollywood, y que está dirigida por un lituano, es un premio a la creatividad, a la capacidad y al talento. Porque aquí no hay ni dinero, ni riqueza, ni inversión, ni efectos especiales y hasta ni siquiera diálogos. Sólo una idea, la fuerza de una idea.
Ustedes verán: esto me parece una contundente demostración de que las ideas son las que mueven al mundo, las que lo impulsan y que todos estamos capacitados para acceder a ellas, para lograr ser innovador. Estos días, por ejemplo, leía un informe sobre cómo las grandes empresas japonesas productoras de equipos electrónicos para el hogar, otrora todopoderosas (Sharp, Sony, Panasonic, Toshiba, JVC, Hitachi, etcétera) han quedado fuera de juego simplemente porque no han innovado, porque no han pensado, porque no han tenido 'steve jobs'.
Siempre es importante pensarlo, tenerlo presente, porque es una prueba irrefutable, contundente, de que las ideas lo mueven todo y están al alcance de todos. También ante la pobreza creativa nuestra.
