La frivolidad de Jhardi

El conseller de Economía del Consell de Mallorca, Cosme Bonet, es un hombre por lo general prudente y comedido, que pese a no andarse por las ramas y a que con frecuencia habla claro y sin ambigüedades, procura no acalorarse ni dejarse llevar por las emociones ni por el recurso al titular fácil. Es cierto que se trata de un veterano político socialista, de dilatada trayectoria y diferentes responsabilidades. Su moderación y sensatez contrasta con la salida de tono de la primera teniente de alcaldesa (actualmente alcaldesa en funciones por ausencia del primer edil José Hila) y concejala de Función Pública y Gobierno Interior, la enésima desde que hubo el cambio de gobierno municipal y que pone en evidencia, una vez más, su propensión a la frivolidad y a emitir opiniones sobre cuestiones delicadas que desconoce y que la desbordan.

El mensaje negativo hacia el turismo no es inocuo y solo puede salir de labios de alguien que no sabe qué se trae entre manos

El mensaje negativo hacia el turismo, principal industria económica y sustento de tantos miles de ciudadanos, no es inocuo y solo puede salir de los labios de alguien que no sabe qué se trae entre manos, que desconoce el funcionamiento de la industria turística y que, por descontado, desde una retribución de la Administración cree que el turismo es algo superfluo y molesto de lo que se puede prescindir. Ignora que son decenas de miles los ciudadanos que viven del turismo, que los beneficios que genera permiten a la economía balear crecer como lo hace y mantener los servicios públicos que gestiona Cort.

Naturalmente que los visitantes que este verano llegan a la isla causan molestias y en pleno mes de agosto hay una sensación de agobio, como cada año cabría decir. Pero lanzar advertencias de que para el año próximo esto no puede seguir así, como si hubiera otra fuente de riqueza a la que recurrir, u otro sector en el que trabajar, es de una irresponsabilidad clamorosa. Y todo sin aportar un solo dato, sin ofrecer una sola cifra ni sugerir una propuesta más que hablar de “diversificar la economía” que es como decir que en verano hace calor. Dice Jhardi que en Palma el turismo ha llegado al límite, pero se basa en su sectarismo ideológico, igual que cuando arremetió contra las terrazas del Born en contra del parecer de la ciudadanía.

Bonet desde el Consell de Mallorca ofrece alternativas y evita emitir mensajes contrarios al turismo o hablar del perjuicio que causan quienes nos visitan. Pero Bonet tiene cierta experiencia y es prudente. A Jhardi el cargo de teniente de alcalde le viene grande y el de alcaldesa en funciones, enorme.

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