Ya me extrañaba a mí que el sindicalismo de clase, ese que vive anclado en los años 70, por no mirar más atrás, no saliese a la calle, visto que los “indignados” le habían arrebatado todo el protagonismo, pero ya está aquí. Lorenzo Bravo de UGT y Katiana Vicens de CC OO exigen una eurohuelga general ya. Y para eso montan toda la parafernalia que les permita salir en la foto. Van a la Delegación del Gobierno, le entregan un manifiesto a Ramón Socías y todos tan contentos, porque desde Baleares se le ha leído la cartilla a la Confederación Europea de Sindicatos por tardar tanto en movilizarse, que seguro que se ha puesto a temblar por los ataques de ambos líderes. Y digo yo, ¿en qué mundo viven ambos sindicatos? ¿No han visto los resultados de las huelgas en Grecia? ¿No han entendido que los países que afrontaron la crisis en su momento son los únicos que están recuperándose? Se ve que no. Así que dejémosles en su mundo ideal, que convoquen cuantas huelgas quieran, porque al final no va a haber ni trabajadores para realizarlas y los que queden les van a hacer un corte de mangas que va a llegar a toda la eurozona. No estamos para demagogias ni para discursos trasnochados ni para movilizaciones que no van a conseguir nada, por tanto, si quieren movilizarse que se movilicen, pero ellos, que para eso cobran y, además, no tienen ningún descuento por los días de huelga llevados a cabo.
