La epidemia de los tres recortes

Emulando la mítica película de “Los Hermanos Marx en el Oeste” y al grito antológico de “más madera”, estamos llegando, agónicamente, a los tres meses de una de las épocas más difíciles para nuestro país, en todo lo que va de siglo.

Tras una gestión deficitaria de la pandemia, el gobierno del marqueting, desorientado, dividido y con la economía hundida está intentando salvar el relato. Y en cierta medida lo están consiguiendo. Tanto es así, que hacía mucho tiempo que no veía a tanto progre sacando pecho por la nada, en una época de grandes apuros para la población y con un futuro de precariedad y dificultades por los resultados en la opinión pública de unos medios subvencionados.

Llevamos meses pendientes de la epidemia y de sus circunstancias. Una epidemia que ha recortado años y vidas. Después de 250.000 contagios confirmados se han recortado muchos años de vida; la epidemia por coronavirus ha sesgado, oficialmente, la vida de más de 27.000 personas. A las muertes asociadas a casos confirmados, acreditadas por la PCR del COVID19, hay que añadir una parte muy importante de los casos sospechosos. No es casual que el aumento de mortalidad esperada, no explicada por los muertos oficiales, haya aumentado de forma proporcional en las zonas que han tenido mayores tasas de casos confirmados y pacientes atendidos en unidades especializadas. La asociación es muy sólida.

Pendientes de una epidemia que ha recortado rentas. Se ha disparado el número de ciudadanos sin trabajo. Bajo la fórmula del ERTE, de los ERES y de las limitaciones sobrevenidas para el acceso al mercado laboral, el número de ciudadanos sin trabajo se ha disparado. Las rentas laborales están por los suelos. Las familias sin ingresos también. El incremento del número de parados ha alcanzado cotas históricas. Ha superado las cifras de todos los gobiernos socialistas anteriores. Las tasas de paro de Felipe González y del presidente José Luis Rodríguez, conocido por su segundo apellido Zapatero, actualmente en funciones de asesoría en Venezuela, muy altas, las más altas de la UE, han sido literalmente fulminadas en un tiempo récord.

Pendientes de una epidemia que ha recortado libertades. La coalición de gobierno entre la facción socialista de Sánchez, la neocomunista de Iglesias y los apoyos sincrónicos de los sediciosos de Bildu y Esquerra, no solo están llevando al país a la división y a la miseria, sino que han reducido la calidad de nuestra democracia hasta limites insospechados. Si alguien tenía dudas de la parcialidad de la Fiscalía General del Estado de Delgado, basta observar la orientación de todos sus posicionamientos actuales para que se le despejen. Por si fuera poco, Marlaska y sus complejos han dinamitado la imparcialidad de la policía judicial y la separación de poderes. Probablemente nos queda mucho por ver antes de que el pueblo, la empresa y un gobierno sensato, también de coalición, más orientado a los resultados que al cambio de régimen y a su supervivencia personal, invierta el rumbo marcado hacia el precipicio.

Un gobierno que impida llegar al estado fallido a costa de vidas, rentas y libertades, al que con tanta diligencia nos están llevando.

Buen finde.