www.mallorcadiario.com

La división de Vox les sitúa ante el abismo como le sucedió a Podemos

miércoles 31 de enero de 2024, 00:00h

Escucha la noticia

El Grupo de Vox en el Parlament de les Illes Balears se ha fracturado definitivamente. La decisión adoptada por los cinco diputados díscolos con la dirección nacional de Vox, liderados por Idoia Ribas, de expulsar del Grupo Parlamentario nada menos que a la presidenta regional de la formación, Patricia de las Heras, y al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, pone en evidencia que los intentos por cohesionar al grupo han fracasado estrepitosamente.

Le Senne sostiene que el Grupo Parlamentario está secuestrado por cinco diputados que van a ser expulsados de la formación y que, de no entregar su acta, serán considerados tránsfugas. Y, en efecto, los únicos diputados que gozan del respaldo de la dirección nacional de la formación que preside Santiago Abascal son él mismo y De las Heras. Por eso, se entiende que desde la dirección del partido Vox se muestre el apoyo a los dos expulsados y, además, se le pida al todavía presidente del Parlament a resistir en el cargo y pelear jurídicamente por seguir en el puesto, pues, de lo contrario, lo ocupará uno de los diputados rebeldes.

Lo más alarmante de todo lo sucedido el lunes es, a ojos de la ciudadanía y de los votantes de la formación ultraconservadora, la pavorosa falta de explicaciones plausibles por parte de Idoia Ribas, quien únicamente mencionó “circunstancias internas”, sin más. Al no aceptar preguntas por parte de los periodistas y al negarse a ofrecer más explicaciones, los “cinco traidores”, como ya los define sin tapujos el partido por el que se presentaron a las elecciones del 28-M del año pasado, demuestran tener muy poco respeto por quienes les votaron, que tienen derecho a saber por qué razón cinco diputados descabalgan a dos, que obtuvieron su escaño exactamente igual que ellos. La portavoz parlamentaria de Vox en el Congreso, Pepa Millán, reiteró que van a solicitar la expulsión de “estos cinco traidores que no representan a Vox”.

Es cierto que el portavoz adjunto del grupo, Sergio Rodríguez, compareció este martes para ofrecer una explicación de aquello que no quiso explicar Idoia Ribas, pero ya es tarde y el daño, ya está hecho. Y, además, los argumentos para justificar las expulsiones de Le Senne y De las Heras, son débiles e inconsistentes; y evidencian una lucha por el poder en Vox, que dado que no iban a poder ganar, han optado por un golpe de mano que les lleva directamente fuera del partido bajo cuyas siglas obtuvieron su escaño.

Lo cierto es que no se adivinan las razones concretas de esta división suicida, de este enfrentamiento estéril que a nadie beneficia y que supone dinamitar la confianza de los votantes, además de ofrecer una pésima imagen política. Las consecuencias electorales no tardarán en verse.

Pero aún peor es que representantes políticos se crean que arrastrando a alguien a posiciones políticas indeseadas, sin convencer y sin consenso, mediante la coacción política y el chantaje, van a lograr que determinados cambios legislativos sean positivos y duraderos. No será así, pues serán revertidos tan pronto haya un cambio de color político o ellos dejen de ser necesarios, algo que, a la vista de la velocidad con que pierden diputados en el Grupo Parlamentario de Vox, cabe situar más pronto que tarde.